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A mis padres por su enorme paciencia y sus aportes a la construcción de mi mundo interior, pues, gracias a sus consejos sabios y oportunos, soy un mejor ser humano.

A Patricia Martínez Cháves y Óscar Cortés por su apoyo decidido en mi carrera como escritor.

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© 2019 Carlos Sánchez Ortiz

@ 2019, Sin Fronteras Grupo Editorial

ISBN: 978-958-56808-5-2

Impresión en Colombia, abril de 2019

Coordinador editorial: Mauricio Duque Molano.

Edición: Marcela Zaraza Díaz

Diseño & diagramación: parentesisdc.com

Fotografía de portada: sp.depositphotos.com

Nomos impresores

Reservados todos los derechos. No se permite reproducir parte alguna de esta publicación, cualquiera que sea el medio empleado: impresión, fotocopia, etc, sin el permiso previo del editor.

Sin Fronteras, Grupo Editorial, apoya la protección de copyright.

Diseño epub:

Hipertexto – Netizen Digital Solutions

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INTRODUCCIÓN

«Frena tu mente para que actives tu conciencia».

El Autor

Querido lector:

Te invito a leer este libro detenidamente y a conciencia. Su contenido te llevará a reflexionar sobre tu realidad interior, que es la fuente en donde se encuentra la verdad, el «maná» de la sabiduría.

A veces escucho a la mayoría de gente que pide muchas cosas a Dios, pero dentro de estas casi nunca se encuentra la sabiduría. Para mí, la sabiduría es la capacidad que tenemos de conectarnos con la voz divina, la cual reside en nuestro interior, pero que permanece oculta ante nuestro evidente desconocimiento.

Yo mismo —como escritor— me sorprendo al darme cuenta de algunos aportes que he hecho a otras personas en sus adicciones y conflictos emocionales gracias al trabajo espiritual que he desarrollado a lo largo de mi vida, luego de superar una adicción y dos recaídas a las máquinas tragamonedas que se encuentran en los casinos.

Sin la sabiduría divina que cada vez escucho más, te aseguro que no habría logrado salir de mis adicciones ni superar el trastorno de ansiedad que padecí, y aunque soy consciente de que el camino es largo, siento que voy en la dirección correcta y que esta se enfoca en ser consciente de mis actos, palabras y pensamientos internos.

Ser espiritual no es una moda, o querer parecerlo, es un trabajo arduo de conciencia plena de tus limitaciones, por ende, es vital aprender a conectarte con la sabiduría, que tiene como aliada a la conciencia, cuya materia prima está compuesta por la compasión, la solidaridad, el agradecimiento y, sin duda, el amor.

Sin sabiduría vivimos en la ignorancia espiritual, nuestros actos son primarios; el caldo de cultivo es juzgar al otro, vivir atados al «qué dirán», a las mentiras, la manipulación, el odio, la ansiedad, la culpa, en fin, estar atados a las sombras internas que yacen en nuestro interior.

Esas sombras hacen y deshacen, y actúan con total impunidad en nuestros pensamientos y sentimientos, que funcionan por esto de manera caótica y, muchas veces, logran sus objetivos: separarnos de nuestra comunión con Dios.

Capítulo a capítulo, comprenderás de primera mano por qué es tan valioso aprender a conocerse a sí mismo y conectarte con diez emociones que considero son tóxicas y a las cuales es vital aprender a educarlas, así como también podrás comprender, a vuelo de pájaro, un poco sobre las enfermedades mentales y físicas derivadas de un mal manejo emocional, y como superar un duelo afectivo o entender cuando alguien que amamos se va de este planeta.

En este libro encontrarás una guía para comprender: la envidia, el miedo, la soberbia, la baja autoestima, la pereza, la ira, los celos, la culpa, el apego y la temible ansiedad. También encontrarás las adicciones (aunque esta es una enfermedad mental crónica, la incluí en Desahógate porque esta patología abarca un sinnúmero de emociones y es una realidad con la que he tenido que convivir).

Al finalizar esta lectura, es muy posible que notes que estabas durmiendo con los ojos abiertos, es decir, que vivías en función de una realidad ajena a la tuya. No te preocupes, es normal, el mundo externo nos incita a no despertar, pues de hacerlo, no podrá controlarte y, por ende, le será difícil manipularte.

En Desahógate, encontrarás las claves para entender quién eres, cómo funciona tu mundo interior, cómo no juzgarte y, lo más importante, aprenderás a amar tu propia conciencia, la cual tiene la llave de la libertad interior, esa que más adelante conocerás, cuando aprendas a hablar con tus voces internas: tu voz inferior y tu voz superior, como las he denominado, para comprender de manera más sencilla el origen de nuestros pensamientos.

En estos momentos, la voz inferior domina a millones de seres en este planeta y su poder es tal que actúa de manera automática, llevando a las personas a seguir sus mandatos sin ni siquiera chistar.

Desafortunadamente, esta voz es la que define la vida de muchas personas. En mi caso, a punta de mucha paciencia, aprendí a entenderla y, a veces, cuando molesta, la regaño con amor e incluso le argumento y critico su intensidad cuando se desfasa en sus comentarios, que nada aportan a mi evolución humana.

Sin embargo, te confieso que agradezco su parloteo, porque con el tiempo fui comprendiendo que, para llegar a lo superior, es importante comprender primero nuestro inferior, sin juzgarlo ni odiarlo y, sobre todo, no hacerle caso en todo lo que diga.

La voz superior es la voz de Dios, una voz que a veces se oye lejana, distante, pero que, a mi parecer, no la escuchamos por simple ignorancia; los mensajes que algunas veces escuchamos en las religiones son confusos y un tanto distantes.

Siento que la gente está ávida de encontrarse con nuestro Padre Celestial, pero para lograrlo es vital dejar de juzgar a los otros, ser responsables de nuestros actos, respetar nuestro ser interno con pensamientos sanos y amorosos y, sobre todo, asumir que todos somos uno, no seres separados los unos de los otros, tal como sucede ahora, en donde el individualismo es el pan de cada día e intentamos imponer a otros nuestra verdad, como si fuera absoluta.

He aprendido a conectarme con mi voz superior; soy consciente de mis limitaciones, pero valoro cada instante de conexión con ella a través de la oración, la meditación, el agradecimiento y el fortalecimiento del amor —de mi amor propio, para luego poder ofrecer a los demás, parte de mi riqueza interior conquistada—. El camino es largo, pero no imposible de recorrer.

Compartir es algo mágico y maravilloso. El acto de dar nos hace mejores seres humanos y nos hace conscientes de nuestra belleza interior, aquella que hay que conquistar todos los días con buenos actos hacia nuestros semejantes.

La abundancia del espíritu es vital para comprender los desafíos que a diario se presentan en nuestras vidas, tales como: la enfermedad, el duelo afectivo o la partida física de un ser querido, así como salir de la zona de confort, son cambios que se presentan en nuestra vida cotidiana y que, si los hacemos conscientes desde la voz divina, podemos manejarlos con decisión.

Este es un libro escrito con el corazón. Mi intención es ayudarte a despertar tu conciencia y que puedas educar tus emociones, para que te hagas responsable de estas y no vivas en el caos que genera su evidente desconocimiento.

A las emociones se les ha despreciado y se les acusa de los males de la humanidad, pero toda esta realidad es producto del más puro desconocimiento sobre ellas.

Para mí, este libro fue un desahogo del alma gracias al cual logré zafarme de ataduras mentales por medio del proceso de la escritura. Es muy importante escribir lo que piensas y sientes así no seas escritor, y que lleves una especie de diario, porque esto te permitirá liberarte, a hacer consciente tu realidad y a no estar conectado con la voz inferior, cuya tarea permanente es invitarte a desviarte de tu conexión con lo superior.

Tuve que recorrer un largo camino, que más adelante se los compartiré, y al que llegué porque me aburrí de sufrir, de estar atado a la culpa, a mis adicciones, al miedo, a esos fantasmas que hacían y deshacían en mi mundo interno. Vencerlos es tarea de todos los días.

Recuerdo cuando la mente me sugería no escribir este libro. Como siempre lo hacía, empezó por sembrarme sus acostumbradas dudas: «¿Será que lo van a leer?», «no creo que tengas la inspiración suficiente», «¿estás seguro de que esto es lo que quieres?», «¿para qué pierdes el tiempo?», «seguro te van juzgar ¡y de qué manera!», «evita problemas, en serio te lo recomiendo…».

Durante años escuché esa voz, que tenía tal poder sobre mí, que muchas veces me hizo desistir de mi empeño por cumplir conmigo mismo.

Esta voz se valía de todo tipo de artimañas y trucos para que yo evadiera la responsabilidad que tenía: lograr mis metas personales y profesionales. Como te lo expliqué anteriormente, debes aprender a domar esta voz, que se encuentra asociada con la pereza, la desconfianza en uno mismo y en los demás. Prestarle tanta atención durante años me llevó a evadir la realidad y mis responsabilidades con el único propósito de impedirme reflexionar sobre quién soy y mi papel fundamental frente al mundo.

Hoy, me defino como alguien libre de mí. Soy una persona que comprendió su realidad, a pesar del «qué dirán»; un ser humano que vive las bendiciones de la vida asociadas con la abundancia, la autoestima, la libertad de ser y no parecer y, sobre todo, con haber entendido, amado y valorado a mi Dios interno.

Cuántas equivocaciones cometí por no comprenderlo, por evadirlo, por creer más en las realidades impuestas del mundo exterior y no ver que más allá de ese espejismo material, de verdades absolutas y de ignorancia espiritual hay un camino distinto al que puede ser doloroso llegar porque dejamos que nuestro temor de ser realmente y no simplemente parecer nos domine.

Es importante que generes tu propio conocimiento a partir de la interpretación de este libro, de manera que te ayude a aprender a ser auténtico. Cada uno de nosotros es único e irrepetible, por lo tanto, valora tu ser y tu vida, y aprende de la experiencia de otros, pero busca tu propia verdad, no le copies a nadie.

Sacúdete de las vivencias, ataduras o miedos que no te dejan ser libre. ¡Hazlo por ti! No más excusas que se resumen en un contentillo que nos damos, para no asumir una postura frente a la vida, en un afán por evadir la responsabilidad y no encarar de frente tu voz inferior y entrar en comunión con tu voz superior.

Por otra parte, cuando te mientes, es como si no creyeras en ti y pensaras que no mereces las cosas buenas de la vida. Hoy, la mayoría de la gente sobrevive y no vive porque está atada a la voz inferior y, lo peor, cree sus mentiras, siguiéndole el juego a esta voz.

Llegó la hora de conocerse y asumir que solo de ti depende la vida que quieres vivir. Di «no más» a tu voz inferior y «sí» a tu voz superior, gracias al camino de conocerte a ti mismo. Tú y solo tú eres dueño y esclavo de lo que piensas, sientes, dices y haces. Nadie distinto a ti puede construir tu realidad. Por eso, es fundamental que comprendas tu mundo interior y escuches tu ser, lo que piensas, sientes y dices con el fin de comenzar a tomar decisiones determinantes para tu vida.

La voz superior es una voz dúctil, llena de amor, de luz fulgurante y compasiva que permea todo nuestro ser; una voz que quiere que seas libre de ti mismo y no esclavo de tus pensamientos y sentimientos inferiores.

Antes, pensaba que el dinero, el lujo y representar un papel ante la sociedad eran garantía de éxito en la vida, pero a partir de la consciencia, de acariciarla y de hablarle, aprendí que hay seres que en apariencia son célebres y exitosos, pero por dentro están inmersos en el ego, en su ignorancia espiritual y que sufren, son infelices y son esclavos de su voz inferior, que los tiene encadenados a su verdad.

He conocido líderes espirituales, religiosos, de superación personal, políticos, etc., que muestran una cara de amor y libertad, pero no son honestos ni correctos, son solo una fachada que se disfraza de luz, pero la luz no se puede camuflar, tarde o temprano aparece desnuda y muestra quiénes somos realmente.

Te confieso que me ha costado trabajo, pero he aprendido a ser paciente, a mantenerme constante en el cambio y a no «darme palo» cuando cometo errores, solo a fluir y ser unidad entre mi inferior y mi superior. Ese camino es hasta la muerte.

Hoy, me considero un ser libre. Logré —luego de muchos años de trabajo interior— escuchar por fin mi voz superior, ahora dialogamos, debatimos, consensuamos y, como siempre, ella otorga beneficios a mi ser y a mi evolución interna.

Sigo caminando, hablando con ella y pidiendo perdón cuando cometo actos inferiores que terminan perjudicando a otros. Tarde o temprano, la consciencia aparece y es implacable ante nuestras faltas. En el pasado, cometí muchos errores: amores que no valoré, el no pagar mis deudas a personas que creyeron en mí y manipulé situaciones para conseguir mis objetivos. El aprendizaje llegó ante mi ignorancia espiritual: mi adicción al casino.

Todos nuestros actos inconscientes se pagan, se los aseguro, y por causa de mi egoísmo y falta de luz interior, mi voz inferior me llevó a un estado de alejamiento de Dios y de perder mi alma. Que equivocado estaba. Afortunadamente pude pedir perdón a algunas personas a quienes les había hecho daño. Aprovecho estas líneas para decir lo siento, a quienes busqué y no encontré. El perdón sin duda es sanador.

Cuando te das cuenta de tus errores llegan el sufrimiento y las consabidas culpas y angustias por el daño hecho, por eso, te reitero, el perdón y el arrepentimiento real son claves para entrar en comunión con nuestra alma y acercarnos a nuestra voz superior.

Soy cada vez más consciente de mis limitaciones y, en vez de juzgarlas, las cobijo bajo un manto de amor. Ya no odio mis imperfecciones y he aprendido a moldear mi carácter y a no tomar de manera personal los comentarios de otras personas.

Ahora vivo en el presente, en el aquí y el ahora, no en el pasado ni en el futuro, como lo hacía antes. Hoy, me siento un hombre pleno, conectado con la felicidad por instantes, y gracias a esto mi ser interior vive tranquilo.

Pido cada vez más sabiduría, para comprender sin juzgar los avatares del mundo de hoy. No es fácil adaptarse a la realidad de este planeta y mucho menos aceptar las experiencias que llamamos negativas y que son tan solo un camino que al aprender a valorarlo nos generará una enorme riqueza interior.

La negación de ciertas situaciones que pueden ser difíciles nos lleva a no aceptar este aprendizaje y, por consiguiente, nos conecta con el sufrimiento. Durante muchos años, estuve conectado con el dolor, pensando que era la única salida para conectarme con mi voz superior. Le dije «no» al sufrimiento.

El mundo exterior interfiere todo el tiempo y es claro que se vale de la voz inferior para boicotear y desenfocarte de lo que quieres vivir, de tus sueños, haciéndote creer que son imposibles. Esta es una invitación formal para que no sigas a merced de los caprichos de la inferioridad mental. El camino no es ese, el camino está en fortalecerte día a día, minuto a minuto, segundo a segundo, de la mano de nuestro padre celestial, quien —como buen padre— quiere lo mejor para nosotros. Aprende a escucharlo.

Desahógate parte de la necesidad de expresar sentimientos y pensamientos propios que he ido construyendo a lo largo de la vida, a través de experiencias muy dolorosas, con las cuales entendí que el sufrimiento no era la única salida para acercarme a mi voz superior.

Además, es clave que comprendas que cuando desahogas tus emociones puedes evitarte enfermedades físicas y mentales, ya que, al sacudirte de ellas, no se quedan enquistadas en tu interior.

Quiero dedicar este libro a esos cientos de millones de personas que en estos momentos habitan este planeta, presos de sus temores, del sufrimiento, del qué dirán, y que aún no han logrado comprender la belleza de la vida y no piensan ni sienten de manera autónoma. Seres que le temen a ser libres, es decir, a la capacidad de descubrirse y de ser ellos mismos.

¡Desahógate para encontrar tu camino y tu propia divinidad!

¡Adelante, desahógate!, hazlo por ti.

«La mejor manera de tener una vida miserable, es prestando atención a lo que los demás dicen de ti».

Paulo Coelho

Introducción

Cap.I

Mundo Interior: aquí estoy, conóceme

Cap.II

Adicciones

Testimonio

Llegó la hora

Cap.III

Emociones: edúcate, hazlo por ti

Cap.IV

¿Por qué nos dejamos llevar por las emociones básicas?

Cap.V

El miedo

Cap.VI

La envidia

Cap.VII

¡Peligro!, la ira anda suelta

Cap.VIII

La ansiedad, un grito del alma

Cap.IX

Los celos: yo y solo yo pierdo

Cap.X

La culpa

Cap.XI

El apego

Cap.XII

La soberbia

Cap.XIII

La pereza

Cap.XIV

La autoestima

Cap.XV

Muerte, la ruleta rusa emocional

Cap.XVI

Te hablo a ti, enfermedad

Notas al pie

CAP. I

MUNDO INTERIOR

¡AQUÍ ESTOY, CONÓCEME!

«Para la mayoría de nosotros, la verdadera vida es la vida que no llevamos».

Oscar Wilde

Aprender a vivir con la soledad no fue fácil para mí, menos en una sociedad que la muestra como algo negativo. El miedo a vivirla me persiguió durante mucho tiempo e incluso me generó unas angustias existenciales que hoy valoro como un gran aprendizaje.

Hubo momentos de desesperación. Cuando reflexiono sobre mi pasado y la manera cómo aprendí a convivir con la soledad: puedo decir que me acompañó desde el colegio, cuando sentía una enorme angustia a la hora del recreo porque casi siempre andaba solo, me sentía extraño con los niños de mi edad.

Poco a poco, en vez de sentir pánico frente a la soledad, vi que era la oportunidad perfecta para conocerme y entrar de manera decidida en mi realidad interior, para aprender a observar mis virtudes y limitaciones.

La sociedad te muestra que estar solo es igual a: «pobrecito no tiene amigos»; como cuando una tarde de domingo salí a almorzar solo y al lado de la mesa donde estaba había varias personas, todos miembros de una familia, y alcancé a escuchar: «Pobre hombre se nota que no tiene amigos».

Luego de escuchar esa frase, que para mí era lapidaria en ese momento, fui tomando consciencia de mi realidad interior y, si bien el trabajo no fue fácil, el hecho de gozarme mi tiempo en solitario fue mostrándome una realidad que hoy valoro muchísimo, pero que antes era una tortura: «que delicia estar conmigo mismo».

¡Que rico estar contigo, que rico disfrutar momentos tuyos! De verdad vale la pena.

Antes, para no sentirme solo, compartía mi vida con personas con las que tenía pocas cosas en común, pero era tanto mi afán por estar «acompañado», que muchas veces cedí a varias cosas, incluso en contra de mi crecimiento espiritual y de mi libertad interior.

Como no me gustaba estar conmigo, caía en relaciones tóxicas, en las que mis parejas se burlaban de mis sentimientos y ante mi evidente falta de autoestima yo aceptaba sus imposiciones, entrando en un círculo vicioso de sufrimiento y dependencia.

Además, para no entender a mi compañera soledad, recurría al consumo de marihuana y alcohol, pues no quería ver mi realidad ni mucho menos encarar mis angustias existenciales. Los días más difíciles eran los fines de semana. Los domingos en la tarde me despertaban pánico, miedo y tristeza.

La voz inferior, al notar esa debilidad, me atacaba de manera casi obsesiva con esos pensamientos de angustia: «pobrecito, estás solo, a nadie le gustas», «vas a morir solo», «eres un tipo patético. Nadie te soporta», «das lástima».

Cuando comenzó el proceso de aprender a escuchar esos pensamientos, notaba que la muy tramposa voz inferior me atacaba porque buscaba que me hundiera cada vez más en mis adicciones y que, bajo ninguna circunstancia, aprendiera a amarme. Ella me quería pobrecito, marchito, porque de esa manera podía hacer lo que le diera la gana conmigo. Era su muñeco, su títere, que le hacia caso a todas sus tonterías.

¿Cuántas personas son presas de los pensamientos de la voz inferior en estos momentos? A muchas personas esta «amiga» les define su vida, convirtiéndose en algo así como la dueña de todo lo que piensan y sienten. Ella no te quiere independiente, te lo aseguro.

Entonces, empecé a hablar con esa voz y este era el diálogo:

—Pobrecito, estás solo, nadie te quiere.

—¿Por qué dices eso? ¿En qué basas tu argumento?

—Mírate, es viernes y estás solo.

—A ver te explico. Tengo el amor de mi familia. He estado leyendo y los beneficios de la soledad son todos, porque me permite aprender a conocerme. Además, si quisiera, podría llamar a algunos amigos, pero no quiero, estoy aprendiendo a gozar de mi soledad.

—Desde niño te encanta decirte mentiras, pero te entiendo, es una forma de soportar tu vida miserable.

—Ni es miserable, ni me miento. Por el contrario, he aprendido a ser sincero conmigo mismo. Así que cállate ya, ¿vale?, deja de hablar tonterías.

Aprendí que, bajo la figura del diálogo permanente, la voz inferior tiene que callarse, no le queda otra salida. La verdad es que tenemos muchas dificultades a la hora de ponerle disciplina a la mente.

Todo en nuestras vidas se basa en la calidad de nuestros pensamientos. Ten claro que la voz inferior tiene como tarea interferir en tu vida; si la escuchas o no, depende solo de ti.

¿Cómo llegas a la voz superior? Disciplinando a la voz inferior. Ella conoce tus más íntimos deseos, pensamientos y sentimientos, por lo tanto, está en la capacidad de boicotearnos, «¿de quien depende escucharla?».

En el mundo de hoy vivimos tan a prisa, y la tecnología en vez de unirnos, nos ha llevado a estar más solitarios cada vez. Hay millones de personas que por diversas circunstancias hoy están solos y eso los atormenta, sobre todo porque estar solo está prohibido.

Conozco amigos, compañeros de vida, quienes se «enchufan» en cualquier relación con tal de no estar solos, pues tienen pavor de este estado. Te pregunto: ¿Qué sentido tiene estar con una persona que no te hace feliz ni pleno, y con quien vives en permanente conflicto? ¿No te parece una tontería?

Tal es el caso de Jesús*, quien tiene más de 60 años y se ennovió con una chica 25 años menor. Su relación es tóxica, ella le recrimina de manera permanente el tipo de relación que llevan, en donde claramente ninguno de los dos es feliz, pero es más importante «aguantarse» antes que tomar la decisión de separarse y aprender a estar solos.

La chica es de mejor clase social y cada vez que puede le recrimina su condición económica y le hace ver que es un tipo que no vale la pena, que antes debería agradecerle, porque ella siente lástima de un vejestorio como él.

Jesús de inmediato se conecta con esa agresión verbal, porque —recuerda, querido lector—, la emoción es un impulso que te conecta con el otro y te lleva a actuar; caso contrario al de la razón, que te invita a reflexionar.

Los dos están apegados y se acostumbraron al mal trato y a la falta de respeto mutuos. Al hablar y hacerle caso a sus voces inferiores, estas hacen lo que quieren con esta pareja y les hace creer su verdad.

Estoy seguro qua a la voz inferior le encanta divertirse a costillas nuestras y así sucede con millones de personas que no han aprendido a manejarla. Es una descarada, abusiva y mentirosa. Lo peor, es que nosotros le creemos.

Yo aprendí a disfrutar conmigo y créanme que es delicioso, entre otras, porque es el momento preciso para conectarte con tu ser interior, en donde está tu verdad, la cual debes aprender a descubrir.

Somos un cúmulo de experiencias e influencias de otras personas, pero aprender a centrarte en quien eres es vital para comprender la realidad de tu existencia y el mundo en el que habitas.

¿CÓMO APRENDES A ESTAR SOLO?

Primero, valora los instantes de soledad, y en vez de salir corriendo a buscar compañía, fíjate cuáles son tus pasatiempos favoritos y gózatelos al máximo. No permitas tampoco que la mente inferior te haga sentir mal, porque a ella le encanta mostrarte como «pobrecito y sin amigos».

Si vivo angustiado y tengo baja autoestima, ¿cómo aprendo a estar tranquilo en soledad?