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A

Abá ñé é, lengua: véase Cario.

Abaucán: véase Argentino.

Abipón (Abipone): véase también Argentino, Guaicurú, Toba.

Abipone: véase Abipón.

Acavai (Acawae, Akawai): Pueblo aborigen de lengua caribe, que habita en la cuenca del río Cuyuni, en el límite entre Venezuela (Estado Bolívar) y Guyana.1

1 Instituto Nacional de Lenguas Indígenas: Catálogo de las lenguas indígenas nacionales. Variantes lingüísticas de México con sus autodenominaciones y referencias geoestadísticas, INALI, México, 2009.

Acavai: véase también Guyanés, Venezolano.

Acawae: véase Acavai.

Achagua (Ajagua, Axagua): Pueblo aborigen de lengua arawak, que vive en los llanos de Colombia (Arauca) y zonas próximas de Venezuela. El etnónimo significa “la gente del río”. Su población es de 796 personas, repartidas en un perímetro de 3 318 ha. Forma un grupo más amplio con los otomaco y yaruro. Anteriormente estuvieron esparcidos en algunas sabanas del río Meta, entre los ríos Casanare y Ariporo. En la actualidad se asientan en los resguardos de la Victoria —Umapo— y en el resguardo del Turpial, jurisdicción del municipio de Puerto López, departamento del Meta, donde conviven con los piapoco. El territorio ancestral achagua era mayor que el que les fue asignado, debido a que por título de propiedad ocupaban tierras en los actuales departamentos del Meta, Casanare, Arauca y Vichada, mientras que el territorio propio actual corresponde a pequeñas áreas de sabanas e interfluviables. Estos han sido reconocidos como resguardos, como el de la Victoria y el de Turpial, ubicados en el municipio de Puerto López, departamento del Meta. Las tierras de estos son planas, de sabanas aluviales e interfluviales, que las hace aptas para la agricultura y para la cría de ganado, según los ciclos y períodos climáticos. Las comunidades achagua mantienen un vínculo sagrado con los ríos, pues estos no solo son el medio de subsistencia y autoconsumo, sino también son portadores de los principios de la vida y la espiritualidad. Fueron uno de los ­grupos más numerosos y representativos de la región de la Orinoquia en el momento de la conquista, ya que ocupaban una amplia zona que se extendía desde los estados de Falcón, Aragua y Coro en Venezuela, hasta el actual territorio colombiano. Según fuentes etnohistóricas, los grupos de la región desarrollaron formas comerciales de intercambio. En particular, los achagua crearon mecanismos de reciprocidad y cooperación que les permitieron explotar, junto con los sicuani y otros pueblos vecinos, microambientes diferentes. Los cronistas describen entre sus productos para el comercio, el barbasco —hierba paralizante para pescar—, recipientes de cerámica, miel y aceite de tortuga. Se especializaron en la fabricación de ­quiripa (sartas de conchas que funcionaban como moneda). A partir del siglo xviii han sido fuertemente afectados por la actividad misionera y por la expansión de la colonización. No obstante, se conservan rituales donde se emplean plantas psicotrópicas, esenciales para sus ceremonias. En ellos prevalece un tipo de organización familiar fundada en la autoridad del suegro. La unidad de producción, consumo y residencia están constituidas generalmente por una pareja adulta, los hijos e hijas jóvenes y las hijas casadas, con sus respectivas familias. Con el crecimiento del grupo, los yernos tienden a construir viviendas separadas. Poseen un sistema de parentesco dravídico, donde clasifican a los miembros de la comunidad, y en general de la etnia, en dos categorías fundamentales: la de consanguíneos directos como los progenitores, hermanos e hijos, lo mismo que los tíos, hermanos del mismo sexo que los progenitores, hermano del padre y hermana de la madre, y cuyas denominaciones comunes son “padrecito” y “madrecita”, respectivamente; y la de los primos paralelos, hijos de los hermanos del padre y las hermanas de la madre, que se asimilan a los hermanos. Los sobrinos y sobrinas, hijos de hermanos, se asocian a los hijos propios. La economía actual se basa en la horticultura y la cría de ganado. Sus principales cultivos siguen siendo la yuca brava y el maíz; en la época de verano, cazan y pescan. Como complemento de estas actividades, se dedican al trabajo asalariado en hatos y a la fabricación de budares y chinchorros para la venta.2

2 Arango y Sánchez: Los pueblos indígenas de Colombia 1997, Dane: Censo 1993, Proyección 2001; Instituto Nacional de Lenguas Indígenas: ob. cit; Oswaldo Sala­verry, et al.: “Pueblos indígenas del Perú”, en Rev. Perú Med Exp Salud Pública, 2010, 27(2): 298-300; Blaz Telban: Grupos étnicos de Colombia. Etnografía y bibliografía, Cayambe Ediciones Abya-Yala, Bogotá. 1988.

Achagua: véase también Otomaco, Piapoco, Sikuani, Yaruro Venezolano.

Achagua, lengua: véase Yaruro.

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Rostro de mujer.

Aché (Axé) [Guaiaqui, Guajakí, Guayakí, Guayaki-aché, Guoyagui]: Pueblo aborigen de Paraguay dividido en varios grupos en diversas áreas. Son unos 1 000 habitantes en la Cordillera del Mbarakajú; la zona del monte de Santa Rosa del Aguaray, ubicado entre los ríos Acaray e Yguazú, al sudeste de Itakyry; y San Joaquín, al norte. Su etnónimo significa “hombre”, pero son conocidos en la literatura etnográfica como guajakí, guaiaqui, guayakí, guoyagui y guayaki-aché (que significa “ratas rabiosas” o “ratas feroces”). Se conocen varios grupos con características culturales y dialectales propias, todavía no estudiados sistemáticamente. Los aché guayaki habitan en la región oriental paraguaya, de la Cordillera del Mbara­kajú; los aché gatú son habitantes del sudoeste, aproximadamente la zona del monte de Santa Rosa del Aguaray; otro grupo ache gatú está ubicado entre los ríos Acaray e Yguazú, al sudeste de Itakyry; los ache pura, originarios del Ybytyruzú, se encontraban entre el pueblo de San Joaquín al norte, la ruta de Coronel Oviedo —Ciudad del Este al sur, al este la Ruta Caaguazú— San Joaquín, y al oeste, la Ruta Coronel Oviedo–Mbutuy. Un grupo más al sur, denominado ache ua está ubicado entre el río Ypeti Guazú, la naciente del Ñakunday superior y el arroyo Yñaro. Junto con los referidos aché, que eran silvícolas, existen otros que ya han hecho contacto con la sociedad paraguaya, específicamente en la Colonia Nacional Guayakí, en el departamento de Caazapá. Su vocabulario revela un guaraní arcaico, mientras la morfosintaxis ha conservado la estructura de un substrato no guaraní. En los asentamientos actuales usan el guaraní paraguayo coloquial, sin embargo aún conservan su lengua. En la actualidad han quedado reducidos (tras el proceso colonial hispánico y por la reciente penetración de la secta paracristiana Las Nuevas Tribus) a unos 1 190, según el censo nacional de 2002, y se distribuyen en 6 comunidades. Su último hábitat libre fue la larga serranía de Yvytyrusú, Caaguazú, San Joaquín y Mbarakayú, que divide la cuenca del río Paraguay de la del río Paraná. Las noticias de enclaves de este pueblo en la cuenca del Paraná datan del siglo xvi.

Aché: véase también Guaraní boliviano, Paraguayo.

Ache gatú: véase Aché.

Aché guaraki: véase Guaraní-paraguayo.

Aché guayaki: véase Aché.

Aché pura: véase Aché.

Ache ua: véase Aché.

Achegua: véase Otomaco.

Achual: véase Achuar.

Achuar (Achual): Fracción del pueblo aborigen jívaro, que vive junto a los ríos Pastaza y Huasaga (Ecuador-Perú). Son hablantes del achuar chicham. Los que se asientan en Perú están ubicados en la cabecera de los ríos Corrientes, Pastaza y Huasaga, en el departamento de Loreto. Posee unos 5 000 miembros. En Ecuador hay unos 3 641 asentados en las provincias de Pastaza y Morona Santiago en un territorio de 884 000 ha legalizadas y 133 014 ha por legalizar. Se encuentran agrupados en la Federación Interprovincial de la Nacionalidad Achuar del Ecuador (FINAE),3 que incluye 56 centros. El etnónimo achuar significa “gente de la palmera aguaje”, que guarda relación con un tipo de palmácea, la cual crece abundantemente en los pantanos de su territorio. “De las 30 comunidades existentes, 11 se han asentado en la frontera ecuatoriano-peruana. En el año1980 se calculó que había unos 2 500 achuar en territorio ecuatoriano”.4 Este pueblo está muy relacionado con los shuar, con quienes comparten el mismo territorio, diversas tradiciones y múltiples matrimonios mixtos. Si desde los años 60 del siglo xx los achuares eran monolingües, a partir de que se crea la Federación establecen escuelas bilingües español-shuar; también ha aumentado el bilingüismo shuar-achuar y el trilingüismo shuar-español-kichwa.

Xavier Albó, et al.: ob. cit., pp. 311-336.

4 Ibídem, p. 338.

Achuar: véase también Ecuatoriano, Iquito, Peruano, Shuar, Zápara.

Achuar Chicham, lengua: véase Achuar.

Afroboliviano, Afrobrasileño, Afrocolombiano, Afroecuatoriano: véase Afrodescendientes (t. I).

Afrobrasileño: Denominación genérica del conjunto de personas melanodermas de estirpe africana —total o parcialmente (mulatos)—, que forma alrededor de un 35 % de la población brasileña. Unos 45 000 millones de individuos. Las principales concentraciones de afrobrasileños se hallan en Ceará, Pernambuco, Bahía, Minas Gerais, Río de Janeiro y São Paulo.

Afrobrasileño: véase también Afrodescendientes (t. I), Brasileño.

Afrocolombiano: véase también Afrodescendientes (t. I), Awá,5 Colombiano, Palenquero, Raizal, Waunan.

5 Ídem.

Afrodescendiente: véase su definición y acepciones en la sección de Pueblos del Caribe Insular (t. I).

Agni-ashanti: véase también Djuka.

Aguaje: véase Bora.

Aguano: véase también Chamicuro.

Aguaruna [Awajún]: Pueblo aborigen que habita en la selva amazónica peruana, en la zona de los ríos Cenepa, Nieva y Marañón, antes del Pongo de Manseriche. Descienden de los fieros jíbaro o jívaro, quienes defendieron incansablemente su libertad y se mantuvieron durante mucho tiempo fuera del alcance de la dominación europea. También se enfrentaron a las invasiones incaicas, que no lograron someterlos. Tampoco los pudieron adoctrinar los sacerdotes, en especial los jesuitas y dominicos, muchos de los cuales murieron en el intento. Se extendieron por toda la cuenca del río Cenepa, en Perú y lo que hoy es una parte del sur de Ecuador. Pertenecen al grupo lingüístico jíbaro, que abarca también a la lengua de los huambisas, los jíbaro propiamente dichos y los achuar. En Ecuador, los aguaruna toman el nombre de shuar, pero son del mismo tronco jíbaro. En el departamento de Amazonas, los aguarunas son mayoría entre las etnias nativas (un 90 %, aproximadamente). El paso del tiempo ha determinado que, en gran medida, aguaruna y huambisa se mezclen y conformen una sola etnia. Viven en la provincia de Condorcanqui y forman un consejo aguaruna (con alcaldes) en distritos como El Cenepa, Santa María de Nieva y Río Santiago. Su alimentación es a base de plátanos, yuca y animales del monte.

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Hombres aguaruna con sus instrumentos musicales.

Los hombres usan coronas de plumas o tawas. Los adultos mayores visten el itipac (traje) y la mujer el buchak (vestido). Elaboran vasijas, ollas de barro y platos, tejen canastas de bejuco y asientos rudimentarios de madera. Aman su identidad cultural y la ­defienden con energía.6 Suman unos 15 000 individuos. Los awajún de Perú tienen una larga historia de protestas contra la sobreexplotación indiscriminada de la Amazonía, aunque reconocen que “el problema no se limita a la Amazonía, pues la defensa del medio ­ambiente frente a la depredadora actividad minera o petrolera es la causa de más de 220 conflictos sociales que el gobierno saliente [de Alán García] deja al nacionalista Humala y que se localizan además en las regiones andina y costera de Perú”.7

6 INEI. Perú: I Censo de Comunidades Indígenas de la Amazonía (información preliminar), Dirección Nacional de Estadísticas Regionales y Locales, Lima, 1993

7 Colectivo de autores: Abya Yala una visión indígena, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 2011, p. 162.

Aguaruna: véase también Ecuatoriano, Huambisa, Inca, Peruano.

Aguaruna, lengua: véase Bracamoro.

Augaruna, lengua: use Jivaroana, lengua.

Aguilote: véase Guaicurú, Toba.

Ahé: véase Karipuna.8

8 Arango y Sánchez: ob. cit.

Ahopovo: véase Arikeme.

Ahukugi ótomo: véase Kuikuro.

A’i: véase Cofán.

A’i-cofán: véase Ecuatoriano.

A’ingae, lengua: véase Cofán.

A’ingae, lengua: use Chibcha, lengua.

Aikaná: véase también Kassupá.

Aikewara: véase Aikewara suruí.

Aikewara suruí: Pueblo aborigen ubicado en dos aldeas: Sororó y Kurunahy, que abarcan 26 258 ha en los municipios São Domingo do Araguaia y São Gerardo do Araguaia, en el Estado de Pará, Brasil. Son unas 350 personas hablantes de esa lengua tupí-guaraní y el portugués, pues ambas se enseñan en la escuela. Su etnónimo es aike­wara, pero en los años 50 del siglo xx Fray Gil Gomes les ­denominó suruí y fue el referente más conocido. Este grupo fue duramente marcado tras el contacto con la población no aborigen, pues durante los años 60 del siglo xx la gripe y la viruela eliminaron más de dos tercios de su población. Participan muy activamente en la Fiesta de Karuwasa, que se efectúa cada dos años en septiembre, como vía para valorizar la lengua materna, los alimentos tradicionales, la medicina verde y otros conocimientos comunales, en especial para que las nuevas generaciones den continuidad a la cultura propia. Sobre la significación comunal de esta fiesta señalan: “Karuwasa en la lengua tupí significa espíritu. La Fiesta de Karuwasa, muy respetada entre nosotros, sirve para aplacar al espíritu maligno que amenaza la armonía de la comunidad y para curar las enfermedades”.9 El territorio que ocupan se encuentra cercado por haciendas vecinas que sistemáticamente queman los espacios y deterioran el medio. En la actualidad los principales medios de subsistencia son la pesca, la apicultura, la elaboración de harina de mandioca (yuca) y la cría de ganado, junto con la agricultura de diversos alimentos para el consumo.

9 UNFPA: Estado de la población mundial 2010, en versión en PDF, en: http://www.unfpa.org.mx/noticias/swop_2010_spa.pdf; consultada el 28 de octubre de 2010, p. 134.

Aikewara suruí: véase también Brasileño.

Aimara (AimaráAymara, Aymará) [Colla, Lupaca]: Pueblo aborigen que habita en torno al lago Titicaca, en Bolivia (departamentos de La Paz, Oruro, Potosí y Cochabamba), en Perú (depar­tamento de Puno) y Chile. Son 1 600 000 (de ellos más de un millón en Bolivia), dedicados mayoritariamente a la agricultura. Hablan una lengua propia y practican el catolicismo mezclado con sus creencias tradicionales. Los aimara fueron conquistados por los inca en 1450, cuando formaban unos 80 reinos enfrentados entre sí y dispersos en un amplio territorio. A partir de 1535 los españoles conquistaron el altiplano boliviano al mando de Diego de Almagro (ca. 1475-1538) y 8 años después, en 1542, el virreinato del Perú incluiría ya la totalidad de su territorio. Actualmente, en el sitio que habitan se encuentran los centros arqueológicos de Tiahuanaco y Pucará. Basan su subsistencia en la agricultura —con la obtención de papa, maíz, cebada, quinoa y coca—, el pastoreo de la llama y la alpaca, y la pesca en el lago Titicaca. También son diestros artesanos del metal, la cerámica, los tejidos y la cestería. Su organización social está basada en el ayllu, forma andina del clan, al que pertenecen todos los parientes que tienen vínculos consanguíneos y que realizan en común las tareas agrícolas y ganaderas. La lengua aimara está muy difundida y la hablan diversos grupos originarios como los colla, lupaca, pacasé y otros. Hoy, numerosos grupos aimara han adoptado la lengua quechua.

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Rostro de un hombre aimara de la zona del lago Titicaca.

En la actualidad viven aproximadamente 1 300 000 en ­Bolivia, en Perú, 400 000 y en Chile, 49 000.10 Por sus valores identitarios, El arte textil de Taquile, fue declarado por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en el año 2005, Obra Maestra del Patrimonio Oral Intangible de la ­Humanidad11 y forma parte de la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Intangible de la Humanidad. De igual manera, en 2009 la UNESCO aprobó un programa para la “Salvaguarda del patrimonio cultural intangible de las comunidades aymaras de Bolivia, Chile y Perú”.12

10 Etnias de Bolivia, en http://www.redpizarra.org.etnias, consultado el 25 de agosto de 2012; INEI: ob. cit.; ProDiversitas, en  http://www.prodiversitas.bioetica.org/diccionarios; consultada el 15 de octubre de 2010.

11 Toda Colombia, en http://www.todacolombia.com/etnias/gruposindigenas, consultada el 10 de noviembre de 2010., p. 75.

12 UNESCO: Cultura, en http://www.unesco.org/culture/ich.

Aimara: véase también Argentino, Boliviano, Chileno, Chipaya, Inca, Peruano, Quechua, Salasaca, Tiahuanaco, Uru.

Aimara, lengua: véase Aimara, Boliviano, Chileno, Chipaya, Colla, Kallawaya, Lupaca, Pacasé, Peruano, Uru.

Airo pai: véase Secoya.13

13 Arango y Sánchez: ob. cit.

Airubain: véase Makaguaje.

Aitopiwi: véase Cuiba.

Aizuare: véase Yurimagua.

Ajagua: véase Achagua.

Ajujure: véase Arara de Pará.

Akawai: véase Acavai.

Akawaio: véase Guyanés.

Akawayo: véase también Venezolano.

Akenomi: véase Iquito.

Akokakore: véase Parakaná.

Akuawa asurini: véase también Assurini del Xingu.

Akué (Akwé): Denominación metaétnica de un grupo de pueblos aborígenes de lengua djé o gé, que viven en Brasil, en el área Tocantins-Araguaia. Comprende a los xavante y a los xerente.

Akué: véase también Brasileño, Xavante, Xerente.

Akué, lengua: véase Xavante, Xerente.

Akué, lengua: use Djé, lengua.

Akurijo: véase Surinamés.

Akwé: véase Akué, Xerente.

Akwen: véase Xerente.

Alacalufe: véase ChonoKawésqar.

Alacalufevéase también Chileno.

Alama: véase Kichwa.

Alemana, lengua: véase Maskoy.

Alhulhai: véase Nivaclé.

Alpatama: véase Atacameño.

Amahuaca [Yora]: Pueblo aborigen que vive en el Estado de Acre, en las márgenes del río Yurúa, en Brasil. En Perú se considera la existencia de no más de 500 personas en 5 comunidades establecidas, un pequeño grupo de migrantes en los pueblos criollos de la selva del Bajo Urubamba, el Ucayali y el Alto Madre de Dios, más un grupo indeterminado, aunque pequeño, de itinerantes. Las comunidades son: 2 en el departamento de Madre de Dios, 3 en el de Ucayali y 1 en el del Cuzco. Su población se estima en mucho más de 1000 personas, pues existe una importante omisión censal por su nivel actual de dispersión y aislamiento. Hablan la lengua amahuaca, que forma parte de la familia pano. Sufrieron importantes estragos durante el denominado boom del caucho, cuando severas epidemias redujeron sensiblemente su población. Sus asentamientos son pequeños, constituidos en promedio por unas 40 personas, con una distribución de la ­población bastante equilibrada. Esta población posee un elevado índice de ­masculinidad, que está entre los más altos registrados para la población aborigen. La población menor de 15 años representa el 42,1 % del total, en tanto que la mayor de 64 años agrupa a 4,8 %. La tasa bruta de mortalidad para este grupo, se ubica en 44,53 %, el más alto después de la población jíbaro y urarina. Este grupo fue contactado por primera vez en 1686, cuando los misioneros franciscanos encontraron 12 chozas en la zona del río Conguari. Eran objeto de correrías por parte de los piro, shipibo y conibo, quienes los tenían como esclavos domésticos. A fines del siglo xix, con el boom del caucho, los amahuaca vieron recrudecer los ataques contra ellos ante la demanda de mano de obra nativa por parte de los patrones caucheros. Hacia 1925, rechazaban aún el contacto con los “blancos” y los referidos grupos originarios. Solo mantenían relaciones pacíficas con los ashinahua y los campa asháninka. Hacia 1962, algunas familias de este grupo decidieron dejar las cabeceras de los afluentes con el Curiuja y asentarse en las riberas del río Urubamba. Una parte importante de este grupo se mantiene hasta hoy en sitios no contactados. La etnia se encuentra dividida en varios grupos (indowo, rondowo, shaawo, kutinawa, shawanawa, na’iwo), a los que los diferentes individuos pertenecen de manera exclusiva.

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Hombre amahuaca con su tocado tradicional en la cabeza.

No están localizados dentro del territorio tradicional amahuaca, ­debido a que cada asentamiento se encuentra constituido por miembros de los diferentes grupos, aunque alguno pueda predominar en número. Los asentamientos se encuentran constituidos tradicionalmente por familias patrilocales extendidas. Existe la regla de residencia posmatrimonial virilocal (la nueva pareja habita en el asentamiento de la familia del esposo), aunque en circunstancias especiales se exige al hombre vivir con la familia de la esposa y ayudar al suegro a hacer su huerto. La norma matrimonial exige el vínculo de un hombre con la hija del hermano de la madre o la hija de la hermana del padre (matrimonio con la prima cruzada bilateral); o sea, una terminología de parentesco de tipo iroquesa con asimilación por bifurcación, que sugiere la existencia de unidades exogámicas y líneas de intercambio matrimonial. La horticultura de “roza y quema”, la caza y la pesca constituyen la base de la subsistencia. Los principales cultivos de los huertos son yuca, maíz, camote, plátano, frijol, sachapapa, piña, arroz, maní y algodón. Productos como el maní, el arroz y el frijol son comercializados de manera eventual. La producción de madera con fines comerciales se realiza en forma colectiva bajo la guía de un habilitador o patrón. Los amahuaca pertenecen a la Federación de Comunidades Nativas del Purús ­(FECONAP), pero debido a su reducida población, carencia de servicios básicos (particularmente de salud) y la exploración petrolera en curso, la situación de este grupo es de alta vulnerabilidad.14

14 INEI: ob. cit.; UNESCO: Cultura ..., ed. cit.,

Amahuaca: véase también Asháninca, Ashinahua, Brasileño, Campa, Peruano, Piro, Shipibo-Conibo, Urarina, Yaminahua.

Amahuaca, lengua: véase Arahuaca.

Amahuaca, lengua: use Pano, lengua.

Amanaié: véase Amanayé.

Amanayé (Amanaié): Pueblo aborigen de lengua del mismo nombre, perteneciente a la familia tupí-guaraní. Vive en la región del alto y medio río Capim —ocupan 2 374 ha—, en el municipio Goianésia do Pará, Brasil. Suman unos 200 individuos y hablan principalmente portugués, ya que la lengua materna solo la emplean los más viejos. Con el criterio de que “sin tierra no hay cultura”, en la actualidad ­luchan por la demarcación de 18 000 ha en Sarawá, para recuperar espacios aptos para la caza, la pesca y contra la invasión de sus territorios. En este sentido señalan: “Cada tierra tiene su historia y queremos continuar nuestra historia, pero en nuestra tierra”.15

15 UNFPA: ob. cit., p. 133.

Amanayé, lengua: véase Amanayé.

Amanayé, lengua: use Tupí-guaraní, lengua.

Amarakaeri: véase Harákmbut.

Amarakaeri, lengua: véase Harákmbut.

Amarakaeri, lengua: use Harákmbut, lengua.

Amarizado: véase Piapoco.

Amasifuyne: véase también Llacuash.

Amawaca: véase Amahuaca.

Amerindio: véase Akawaio, Arecuna, Kariña, Jebero, Locono, Macushi, Patamona, Wai-Wai, Wapishana, Warau.

Amerindio: véase también Guyanés.

Amondawa [Uru-eu-wau-wau]: Pueblo aborigen localizado en la Tierra Indígena Uru-Eu-Wau-Wau, homologada en 1991 con 1 867 117 ha. La aldea Trincheira donde viven se encuentra a 60 km de la ciudad de Mirante da Serra, en Rondônia, Brasil. Son algo más de cien personas y hablan kawahibi, del tronco tupí. Si bien se autodenominan amondawa son conocidos por el topónimo de uru-eu-wau-wau. Debido a los diversos desplazamientos del grupo esgrimían lo siguiente: “Decidimos visitar nuestro antiguo territorio. Allí teníamos nuestras rozas, malocas y lugares sagrados donde están enterrados nuestros ancestros. Allá está nuestra historia, la memoria de nuestros antepasados. Decidimos hacer la vigilancia de aquella región, tan importante para nosotros”.16 Los amondawa viven principalmente de la caza, la recolección y del cultivo del maíz, la mandioca (yuca) y el arroz. En la actualidad introducen técnicas de piscicultura para facilitar el consumo de pescado. Debido a que comúnmente sufren invasiones de grupos vecinos, organizan expediciones de vigilancia para proteger el territorio. Además, realizan la valorización topográfica de antiguos caminos y desarrollan la artesanía.

16 UNFPA: ob. cit., p. 297.

Amondawa: véase también Brasileño, Uru-eu-wau-wau.

Amorúa: Pueblo aborigen que habita en los ríos Orinoco y Meta, especialmente en el área del resguardo de Caño Mochuelo, en el departamento de Casanare, en Colombia. Se conocen también algunas personas de origen amorúa en las comunidades de Conejo, Turpialito, Bachaco, Caño Mosquito y Dagua en el Vichada. La población estimada es de unas 178 personas, repartidas en un perímetro de 94 670 ha, que forman parte del resguardo Caño Mochuelo. Algunos estudios sugieren que los amorúa, tradicionalmente relacionados con otros grupos étnicos de filiación lingüística guahibo como los tsiripu, ­wipiwe y mariposo, pudieran haber sido asimilados por grupos étnicos aledaños a su territorio. Algunos autores los consideran parte de la etnia sikuani. Su sistema de organización tiene en la figura del chamán al principal personaje de la vida ritual del grupo. El yopo es la planta psicotrópica fundamental, empleada en la realización de cualquier ceremonia o ritual, aunque también es utilizada en actividades de tipo social. El consumo del yopo va acompañado del uso del tabaco y de otras plantas alucinógenas. En el orden económico, la yuca, como cultivo principal, caracteriza la horticultura de este grupo. Las variedades de yuca amarga se siembran intercaladas hasta una docena por chagra (sembradío), para lograr una mayor producción. En áreas bajas y en zonas húmedas se siembran plátanos. La piña, frijol, batata (boniato) y ñame se cultivan en pequeñas extensiones al lado de los yucales, mientras que cerca de las casas se siembran frutales como guama, mango, papaya, cítricos, condimentos y plantas medicinales. Para la elaboración de la bebida alcohólica yalaki, elaborada a partir de la yu­ca amarga, se siembra una yuquera adicional. La preparación de nuevos terrenos (actividad que se realiza en diciembre), y algunas veces la siembra, se lleva a cabo mediante el convite o unuma, convocado por el jefe del asentamiento. La siembra tiene lugar en los días anteriores a las primeras lluvias.

Amorúa: véase también Colombiano, Mariposo, Masiguare, Sikuani, Tsipiru, Tsiripu, Wipiwe.

Amuesha (Amvesha) [Yanesha]: Pueblo aborigen de lengua arawak, que vive en la cuenca del Pachitea (Huánuco-Pasco), en Perú. Ellos se autodenominan yanesha. Su población es de unas 7 000 personas repartidas en 48 comunidades. Estas se ubican en las provincias de Puerto Inca (Huánuco), Chanchamayo (Junín) y Oxapampa (Pasco). Son un grupo relativamente pequeño, pues constituyen solo el 2,91 % de la población originaria en la Amazonía del Perú. Sus comunidades están situadas, en un rango de altitud que va de los 200 a los 1 600 m sobre el nivel del mar, en las orillas de los ríos Pichis, Palcazu, Pachitea, Huancabamba, Cacazú, Chorobamba, Yurinaqui, entre otros. Su primer contacto con el mundo occidental lo tuvieron a través de los frailes mercedarios que en la segunda mitad del siglo xvi incursionaron en la región, pero no fue sino hasta principios del siglo xviii que los misioneros, esta vez franciscanos, lograron establecer relaciones permanentes con esta etnia y otras que habitaban la zona. El padre Francisco de San José llegó a fundar “reducciones indígenas” en el Cerro de la Sal, en Quimiri y otros lugares cercanos, pero la gran rebelión aborigen acaudillada por Juan Santos Atahualpa (ca. 1710-1756) en 1742, acaba con ellos y mantiene la región cerrada por varias décadas.

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Niñas amuesha con sus vestuarios tradicionales.

Durante el siglo xix, la zona es nuevamente abierta por expediciones que buscan establecer rutas hacia la selva baja y por intentos de colonización como el que promueve el gobierno con la llegada de inmigrantes alemanes a Pozuzo. La llegada del hombre occidental representó para los amuesha la pérdida de territorios y el cambio de hábitos de vida, pues fueron agrupados en pueblos, y extensos territorios suyos pasaron a propiedad de los colonos. Esta ­situación los llevó a agruparse en un Congreso Amuesha y luego en la Federación Yanesha. Esta etnia ha sido de las primeras que tuvo una organización gremial. La Ley de Comunidades Indígenas, promulgada en 1974, durante el gobierno militar, reparó en parte la situación de desposesión al conceder en propiedad a los grupos amuesha algunos territorios. Vivían de la caza, la pesca y la agricultura. Hoy la caza es cada vez más escasa y la agricultura se ha diversificado, pues han empezado a cultivar café y achiote (bija), así como a desarrollar actividades forestales, explotar la uña de gato y criar animales para el consumo. Tambiénes una fuente de ingresos la artesanía, especialmente su cerámica. En 1988, sobre un territorio de 34 774 ha se estableció, en el distrito de Palcazú, la Reserva Comunal Yaneza, con la finalidad de proteger la fauna que sirve de sustento a las comunidades de la zona.17

17 INEI: ob. cit.

Amuesha: véase también Peruano.

Amundava: véase Tenharim.

Amvesha: véase Amuesha.

Anacé: Pueblo aborigen asentado en los municipios de São Gonçalo do Amarante y Caucaia, en Ceará, Brasil. Son unas 1 300 personas y hablan tupí-guaraní y portugués. Su denominación se refiere al topónimo Anacetaba, antiguo nombre del municipio São Gonçalo do Amarante, donde vivían sus antepasados. Residen en pocos espacios de escasa vegetación para mantener sus prácticas agrícolas tradicionales. Sus tierras son amenazadas por el proceso de construcción del Complejo Industrial y Portuario Pecém (CIPP), que prevé la instalación de una siderúrgica, junto con varias empresas nacionales e internacionales. Eso ha generado la expulsión forzoza de 90 familias fuera de sus territorios. Por ello luchan para obtener la demarcación oficial de sus tierras. La Danza de São Gonçalo es su principal ritual. Por la significación identitaria que tiene la danza tradicional, un testimonio señala: “Hoy nos traen la ­representación de la danza para jóvenes, niños y adultos y muestran el ritual sagrado introducido por nuestros antepasados”.18

18 UNFPA: ob. cit., p. 64

Anacé: véase también Brasileño.

Andakí: véase también Cofán.

Andira: véase Sateré-Mawé.

Andoa: Pueblo aborigen hablante de la lengua shimingae, asentado en la Amazonía ecuatoriana, en los sectores de Pucayacu y Moretecocha, en la provincia de Pastaza. Fueron identificadas, a principios del siglo xxi, unas 60 personas con solo 8 ancianos —entre 65 y 80 años— conocedores de la tradición oral de ese pueblo. Originariamente, este grupo fundó la ciudad de Santo Tomás de Andoas en 1740. Entonces ocupaba un amplio territorio en las cuencas de los ríos Pastaza y Bombonaza, en la frontera ecuatoriano-peruana, pero el proceso de colonización les hizo replegarse hacia el sur.19 Luego del conflicto bélico entre Ecuador y Perú en 1941, se refugiaron en territorio peruano. Actualmente, tras su reconocimiento como nacionalidad en Ecuador, el 9 de julio de 2003, los objetivos principales de la organización Nacionalidad Andoa de Pastaza (NAPE), son, como parte de sus reivindicaciones culturales e identitarias, la recuperación de la lengua, la difusión nacional e internacional de su presencia en la Amazonía ecuatoriana y la legalización colectiva del territorio.20

19 INEI: ob. cit.

20 Xavier Albó, et al.: ob. cit., p. 338.

Andoa:véase también Candoshi, Ecuatoriano, Peruano.

Andoke (Andoque) [Businca, Businka, Cha’oiePoosíoho]: ­Pueblo aborigen de Colombia y Perú, que pertenece a una familia lingüística independiente. Se encuentran localizados en la región del Araracuara, caño Aduche, muy cerca de la ribera del medio río Caquetá, al sur de la amazonía colombiana. Existen algunos asentamientos en la región peruana del río Ampi-Yacu. La población fue diezmada con rapidez por los efectos de la explotación cauchera hace pocas décadas. Antes de la llegada de las migraciones de colonos, se caracterizaron por la comercialización de hachas de acero, por lo que eran conocidos y se autodenominan poosíoho “la gente de hacha”. Ocupaban un amplio territorio, que se extendía desde la quebrada Monochoa, arriba del caño del Araracuara hasta la quebrada Quinche, ambas afluentes del río Caquetá. Se dividían en linajes relativamente autónomos que comprendían más de 10 000 personas; cada linaje vivía en una maloca, epicentro de la vida social, espacial y ceremonial del grupo. A fines del siglo xix, llegaron los primeros colonos peruanos y brasileros e iniciaron la explotación de caucho, quina y madera. Transitaban en ocasiones por la región del Putumayo, capturaban o rescataban aborígenes a cambio de hachas. El comerciante peruano Julio César Arana estableció contactos comerciales en la región desde principios del siglo xx y fundó la Casa Arana y Hermanos, la cual fue modelo de explotación de los recursos naturales de la región para otras empresas. De los casi 10 000 habitantes que existían, ahora solo se tiene registros de 597 personas; de ellos, solo 136 en Colombia. Para la mayoría de los pueblos que habitan la región del Amazonas, el uso de plantas identificadas como sagradas constituye un elemento fundamental dentro de su vida cultural y social. El Yuruparí es el ritual más trascendental porque rememora los orígenes y dignifica los elementos esenciales de su cosmovisión. En su resguardo existen actualmente tres malocas (viviendas comunales) donde viven las personas de más alto rango. Alrededor de ellas se agrupan las viviendas de las familias extensas pertenecientes a los respectivos clanes patrilineales. Gavilán, Venado, Sol, Hormiga Arriera y Cucarrón son los clanes consolidados hoy día. Dentro de su cosmovisión, la maloca continúa siendo el espacio de confluencia de las estructuras sociales, económicas, culturales y rituales de la comunidad. En lo social la autoridad recae sobre el “maloquero” (constructor de este tipo de vivienda) quien tiene a su cargo la dirección de la vida ritual. La estructura socio-política de este grupo responde a un complejo sistema de organización jerárquico, repartido en linajes patrilineales. Sin embargo, esa estructura se viene modificando paulatinamente, debido a la presión de los colonos en la zona. Esto los obliga a adoptar formas de organización opuestas por completo a las tradicionales. Por ejemplo, en la antigüedad el poder recaía sobre el chamán o curaca, quien no solo regía los destinos espirituales, sino que también tomaba todo tipo de decisiones de trascendencia. Su forma de organización política actual está sustentada en el cabildo, cuyos miembros son elegidos por un período de un año. Los andoke basan su sistema de producción en actividades como la agricultura, pesca, caza y recolección, así como la explotación maderera en menor escala. Los cultivos principales son la yuca brava o amarga, la yuca dulce, el plátano y la piña. En años recientes la colonización ha contribuido a que introduzcan cultivos semipermanentes como el plátano, la caña de azúcar y el maíz.21

21 Arango y Sánchez: ob. cit.; INEI: ob. cit.; Oswaldo Salaverry: ob. cit.; Blaz ­Telban: ob. cit.

Andoke: véase también Bora, Cofán, Colombiano, Nonuya, ­Peruano.

Andoke, lengua: véase Andoke.

Andoque: véase Andoke.

Angaité (Angkayte) [Enenlhet, Koya’teves]: Pueblo aborigen de estirpe guaraní. Habitan en el Chaco Boreal, en Paraguay, son unos 3 730 habitantes. Su lengua (denominada pa’ayvomaesta) pertenece a la familia lengua-maskoy. Esta familia lingüística está conformada por seis lenguas: angaité (enenlhet); guaná (vana, enlhet o ­kaskiha); lengua norte (enlhet); lengua sur (enxet); sanapaná (nenlhet); y toba-maskoy (enenlhet). La lengua angaité está en proceso de extinción, ya que los jóvenes prefieren el guaraní paraguayo o el español, debido a la propia influencia legal. Según la Constitución Nacional, el Paraguay es un país pluricultural, bilingüe, y son idiomas oficiales el español y el guaraní. Las lenguas aborígenes, así como las de otras minorías, forman parte del patrimonio cultural de la nación (artículo 140). Según el artículo 77, “La enseñanza en los comienzos del proceso escolar se realizará en la lengua oficial materna del educando. Se instruirá asimismo en el conocimiento y en el empleo de ambos idiomas oficiales de la República. En el caso de minorías étnicas cuya lengua no sea el guaraní, se podrá elegir uno de los dos idiomas ­oficiales”. Se concentran principalmente en las poblaciones de Puerto Casado, Guajó, Cerrito, San Pedro Tuparandá, San Carlos, Colonia 3, Juan de Salazar y Misión Anglicana. Lo mismo que los ­maskoy, los angaité se autodenominan enenlhet y también koya’teves.

Angaité: véase Enenlhit.

Angaité: véase también Ehenlhet, Maskoy.

Angaité (Enenlhet), lengua: véase Angaité; Enlhet, lengua; Maskoy, lengua; Sanapaná.

Angaité, lengua: use Maskoy, lengua.

Angkayte: véase Angaité.

Angotero: véase Secoya.22

22 Xavier Albó, et al.: ob. cit.

Ansilta: véase también Argentino.

Anti: véase Campa.

Antis: véase Asháninca.

Anunzé: véase también Nambikuara.

Añu: véase Parajuano.

Añu: véase también Venezolano, Wayúu.

Aonek’enk: véase Tehuelche.

Aonikenk: véase Tehuelche.

Apalai (Apalay, Apalí, Aparai, Aparaí): Pueblo aborigen de lengua caribe, que vive en el norte del Estado de Pará (Brasil), principalmente en las márgenes del río Paru Leste. Con otros grupos habita cerca de los ríos Jari y Citare; y en la Guyana de Venezuela. Son alrededor de 20 aldeas que suman unos 415 individuos.23

23 Instituto Nacional de Lenguas Indígenas: ob. cit.

Apalai: véase también Brasileño, Guyanés, Venezolano.

Apalay: véase Apalai.

Apalí: véase Apalai.

Apanjekra: véase Canela.

Apanyekrá: véase Timbirá.

Apapocuva, lengua: véase Chiripá.

Apapocuva, lengua: use Tupí-guaraní, lengua.

Aparai (Aparaí): véase Apalai.

Apatama: véase Atacameño.

Apiacá (Apiaká, Apyaká): Pueblo aborigen de lengua tupí-guaraní, que vive disperso en la cuenca del alto Tapajoz, área centro-oeste del Brasil, limítrofe entre los estados de Pará y Matto Grosso. Son unos 200 individuos hablantes del portugués, aunque los profesores de las aldeas trabajan en la recuperación de la lengua materna. El etnónimo apiacá es una variante de la palabra tupí apiaba que significa “persona”, “gente” u “hombre”, mientras sus vecinos los kayabi les denominan tapy’iting o tapii’sin; es decir, “gente de color claro”. Sobre el empleo de determinadas plantas señalan: “El castaño es parte de nuestra historia como principal alimento de nuestro pueblo. El castaño es tan importante que antiguamente lo usábamos para hacer instrumentos de guerra, para obtener madera y en la producción de instrumentos para nuestras músicas”.24 Junto con la caza, la pesca y la recolección, cultivan mandioca (yuca), maíz, batata (boniato), plátanos y otros alimentos.

24 UNFPA: ob. cit., p. 322.

Apiacá: véase también Brasileño, Kayabi.

Apiaká: véase Apiacá.

Apinagé: véase Apinayé.

Apinajé: véase Apinayé, Paynhi.

Apinayé (Apinagé, Apinajé, Apinayté): Pueblo aborigen que habita en Goiás (norte de Brasil), en la confluencia de los ríos Tocantins y Araguaia, puerto de Tocantinópolis. Hay unas 6 aldeas, hablan una lengua djé o gé y suman unos 1 400 individuos.

Apinayé: véase también Brasileño, Timbirá.

Apinayté: véase Apinayé.

Apytará: véase Chiripá.

Apurinã [Ipurinãn, Kangite, Popengare, Popükare]: Pueblo aborigen que vive en los estados de Amazonas y Acre (cuencas medias del Juruá y del Purús). Ocupan unos 1 600 km en las márgenes de estos ríos, en el noroeste de Brasil. Son unos 5 500 individuos y se autodenominan popükare, que significa “gente”. Si bien la mayoría actualmente habla portugués, solo los adultos mayores conservan su lengua apurinã, de la familia lingüística arawak. Como otros pueblos de esa región, junto con la caza, la pesca y la recolección, cultivan mandioca (yuca), maíz, arroz, frijoles, batata dulce (boniato), ñame, entre otros. Para ellos: “Es importante la fiesta de Xypuary porque vivifica los ­espíritus de nuestros ancestros, que nos protegen”.25 Participan en varios proyectos culturales, como la revitalización de la lengua apurinã mediante la narración y recopilación de sus mitos, fiestas y danzas a través del contacto sistemático con la sabiduría de los mayores.

25 UNFPA: ob. cit., p. 239.

Apurinã: véase también Brasileño.

Apurinã, lengua: véase Apurinã.

Apurinã, lengua: use Arawak, lengua.

Apyaká: véase Apiacá.

Apytaré: véase Chiripá.

Apyteré: véase Mbyá.

Aquellos que:

comen camarón: véase Potiguara, // se juntaron: véase Sakubariat, // se parecen a los monos: véase Kayapó.

Arabela [Chiripuno, Tapueyocuaca]: Pueblo aborigen de Perú que habita en una porción del distrito de Napo, provincia de Maynas en la región Loreto. Hablan la lengua arabela, que es parte de las lenguas zaparoanas. Aunque son conocidos como arabela se autodenominan tapueyocuaca. Su población es solo de 300 personas. Ocupan una región que al principio fue poblada por grupos zápara, oa, gaye y shimagaye. Estos se extinguieron hacia inicios del siglo xx debido a la violencia generada por la fiebre del caucho, además de las enfermedades. Se considera que probablemente, los arabela, son descendientes de los antiguos oa. El misionero agustino Samuel Barrio fue quien por primera vez contactó con esta etnia, en 1945, en la cuenca del río Arabela (razón por la cual se les conoce con ese hidrónimo). Para 1975 contaban con un centro educativo bilingüe. Una característica de este grupo es su alto índice de masculinidad (130,5 %); o sea, 13 hombres por cada 10 mujeres. La agricultura ocupa un lugar importante en la economía. Practican el sistema agrícola de “roza y quema”. Se destacan los cultivos de yuca, plátano, maíz, papa, piña, papaya y cocona (solanum sessiliflorum), que es un fruto jugoso. Asimismo, la pesca y la caza son practicadas de manera grupal. Otra actividad importante es la recolección de frutos silvestres de palmeras como el pijuayo y el aguaje, y de animales pequeños como larvas, caracoles y camarones. Los excedentes de estos productos son comercializados en la guarnición militar de Curaray. En el orden musical se destacan algunos instrumentos como el naujua (aerófono similar a una quena, pero con solo dos orificios); el tee (cordófono similar a un birimbao); y el tuntu, que es un moledor de maíz utilizado como instrumento colectivo.26

26 INEI: ob. cit.

Arabela: véase también Gaye, Oa, Peruano, Shimagaye, Zápara.

Arabela, lengua: véase Arabela.

Arabela, lengua: use Zaparoana, lengua.

Arahuaca: véase Chamicuro, Nahua.27

27 Xavier Albó, et al.: ob. cit.

Arahuaca, lengua: use Arawak, lengua.

Arahuaca: véase también Nahua.28

28 Xavier Albó et al.: ob. cit.

Arahuaco: véase Arawak.

Arana: véase Botocudo.

Araona: Pueblo aborigen asentado en Bolivia. Actualmente se encuentra en la región noroeste, en las cabeceras del río Manupari, provincia Iturralde, del departamento de la Paz. Diversas informaciones relativas a las misiones religiosas refieren que los araona, en la segunda mitad del siglo xix (1886), ocupaban las márgenes del río Madre de Dios y parte de las de los ríos Aquiri y Purus, y habitaban desde el margen del Manupare, hasta el del río Purus (Brasil). La población es solo de 65 personas, pero se estima que eran 20 000 a principios del siglo xx. Los araona actuales son sobrevivientes de 2 clanes familiares: caviña y araona, que escaparon de sus captores. Estos les habían llevado a trabajar como esclavos en la explotación del caucho. La lengua araona pertenece a la familia lingüística tacana. Los araona viven en poblaciones ymalocas en el centro de la selva, para estar al abrigo de invasiones de los identificados como “blancos”. Sus casas son de planta redonda con techo cónico. En cada una de ellas viven de 4 a 5 familias. La organización en dos clanes es importante para la relación matrimonial y la residencia de los miembros, cuya ­descendencia es patrilineal. Se observa también el uso de la terminología dual de parentesco, una para nombrar a los del clan propio y otra para los del clan opuesto. El matrimonio ideal es entre miembros de clanes distintos, aunque actualmente esto se altera debido a la escasez de personas casaderas en ambos clanes. El enlace matrimonial resulta de la convivencia del pretendiente con los padres de la joven, si esta es menor de edad, y directamente cuando la mujer es adulta. La tradición cultural incluye la poligamia, el hombre puede tener dos o más esposas, aunque por las circunstancias difíciles de sobrevivencia, solo se conocen casos de bigamia. El divorcio se practica con la misma facilidad con que se adopta el vínculo matrimonial. Cuando hay hijos, por lo general estos quedan bajo el cuidado de la madre. Cuando vivían totalmente aislados practicaban una agricultura muy precaria, valiéndose de palos, a falta de herramientas para el desmonte y deshierbe. En la actualidad cultivan yuca, plátanos, arroz, zapallo, camote, entre otros. Esta producción es para el autoconsumo, también han aprendido algunas técnicas y recursos para el mejor aprovechamiento de estos productos. La dieta es completada con la recolección de frutas del motacú (scheelea princeps) que es un tipo de palmera, castañas y miel de abeja. Esta labor es realizada por mujeres y niños. La caza y la pesca también constituyen actividades primordiales, tanto una como otra la realizan con arco y flechas. Algunos lo hacen con escopetas, trampas y trampillas. Son hábiles artesanos, elaboran diversos objetos que son usados como utensilios domésticos, vestidos y para la caza o la pesca. Entre ellos se destaca el ziqui, especie de canasta grande tejida con hojas de palmera que se utiliza para transportar frutas y cereales; la noca o falda hecha de corteza de bibosí (higuera común), que usan las mujeres; y la ona o faja, del mismo material que la anterior, prenda que usan también las mujeres para sujetar a sus niños y poderlos amamantar. Cubren su cabeza con una especie de gorra con plumas multicolores. En la nariz llevan sujeta una caña con unos plumeritos rojos en cada extremo y de las orejas cuelgan colmillos de caimán. Hacia los hombros caen plumas en forma de charreteras y complementan su tocado con cinturones de plumas colgantes y collares de ligaduras de igual material en las pantorrillas y en los brazos. Actualmente, por el contacto con las ciudades, usan también ropas propias de la industria urbana.29

29 Etnias de Bolivia, ob. cit.; Pueblos indígenas de Bolivia, ob. cit.

Araona: véase también Boliviano, Brasileño.

Araona, lengua: use Tacana, lengua.