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Editado por Harlequin Ibérica.

Una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

Núñez de Balboa, 56

28001 Madrid

 

© 2003 Carla Bracale

© 2016 Harlequin Ibérica, una división de HarperCollins Ibérica, S.A.

El hombre más adecuado, n.º 1845 - junio 2016

Título original: What If I’m Pregnant?

Publicada originalmente por Silhouette® Books.

Publicada en español en 2004

 

Todos los derechos están reservados incluidos los de reproducción, total o parcial.

Esta edición ha sido publicada con autorización de Harlequin Books S.A.

Esta es una obra de ficción. Nombres, caracteres, lugares, y situaciones son producto de la imaginación del autor o son utilizados ficticiamente, y cualquier parecido con personas, vivas o muertas, establecimientos de negocios (comerciales), hechos o situaciones son pura coincidencia.

® Harlequin, Jazmín y logotipo Harlequin son marcas registradas propiedad de Harlequin Enterprises Limited.

® y ™ son marcas registradas por Harlequin Enterprises Limited y sus filiales, utilizadas con licencia.

Las marcas que lleven ® están registradas en la Oficina Española de Patentes y Marcas y en otros países.

Imagen de cubierta utilizada con permiso de Harlequin Enterprises Limited. Todos los derechos están reservados.

 

I.S.B.N.: 978-84-687-8223-2

 

Conversión ebook: MT Color & Diseño, S.L.

Índice

 

Portadilla

Créditos

Índice

Prólogo

Capítulo 1

Capítulo 2

Capítulo 3

Capítulo 4

Capítulo 5

Capítulo 6

Capítulo 7

Capítulo 8

Capítulo 9

Capítulo 10

Epílogo

Si te ha gustado este libro…

Prólogo

 

Colette Carson entró en el cuarto de baño y sacó el test de embarazo de la bolsa de plástico. Los dedos le temblaron mientras abría la caja y sacaba el test y las instrucciones.

Leyó las instrucciones rápidamente y se miró en el espejo. Tenía los ojos ligeramente hinchados por haber llorado durante la mañana, y su cara pálida reflejaba el sufrimiento que sentía. No debía pensar en ello, se dijo mientras volvía a mirar las instrucciones una vez más. Definitivamente, no podía pensar en él.

Cuatro semanas atrás su único deseo había sido estar embarazada, y había decidido convertirse en madre soltera. Había encontrado una clínica que practicaba la inseminación artificial y se había sometido a ella. Cuatro semanas atrás, todo lo que quería era estar embarazada, pero eso había sido antes de conocerlo, antes de haberse enamorado de él y antes de que el corazón se le rompiera en un millón de pedacitos.

Leyó las instrucciones otra vez. Había comprado el test que le parecía más fácil de usar: en tres minutos aparecería un signo más o un signo menos en la ventanita. El más significaba que estaba embaraza; el menos, que no lo estaba. Así de sencillo y fácil. Pero desde que la habían inseminado artificialmente su vida se había complicado de repente y ya no estaba segura de querer estar embarazada.

Decidida a no esperar más tiempo, hizo el test, lo dejó en la encimera y se preparó a esperar los tres minutos.

–Oh, Dios mío –murmuró–. ¿Y si estoy embarazada?