Universidad de Guadalajara
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Rector del Centro Universitario de los Lagos
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Secretaria Académica
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Jefa de la Unidad Editorial del Centro Universitario de los Lagos
Primera edición, 2018.
© José Manuel González Hernández
ISBN 978-607-547-153-2
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Hecho en México / Made in Mexico
AY
bélicamente reconozco que no sabía de tus lágrimas al darme un golpe en la cara
de lo nupcial de una noche de aquellos viernes tan mascada como el juicio que tuve al borrarme la risa de los dientes
a tientas Dios se derrama y los reptiles tenemos los pechos tan delgados como la contemplación de una ciudad amurallada por lo imperceptible de la estática en el teclado
después de todo se muere y se vive a pausas
la confusión ahora solo es reflejo de un trabajar entre cigarros tan sosegados como la demolición de un edificio en las venas
y después de todo un promocional de pastillas para el dolor de cabeza no remedia las manchas en la túnica
ni las noches en racimos sobre el insomnio
más allá alguien incendiará sus abrazos apagando los tuyos
mientras la sobrenada me desatina en el avance de la torre sobre el alfil
y las moscas me llevan de la mano a comprar más cigarros
BY
carroñamente las casas encarnan el simulacro de las divisas en los huevos de una serpiente navegando en el medio día de una palabra tan muda como la pasión que tuve cuando troné tus huesos en la ansiedad de un minuto
polifónicamente las puertas se derrumban
la mejor manera de destruir los cánones es besarte en cualquier calle
coleccionar las nubes que se recuestan en las piedras mientras la noche se envanece en la soledad de un abarcar la patria en un silencio que no ansía nada
enjuiciarme por lo congelado de una calma
dormir en cualquier sitio
escuchar las voces de los niños que se ahogaron al cruzar el río y terminaron enterrados en lo común de una pirámide tan azul como el plan de abrir un sistema de riego
hacer un pozo en las banquetas y tenerlo como pretexto en la transformación del pensamiento
prometer que mañana el sol habrá de salir como todas las veces que acudimos a la contemplación de la escoba en las manos
y el hambre se hacía desolada por los efectos de la memoria
cuál es la diferencia entre tus ojos
y la concepción de una política tan aire como los niños jugando a media calle
CY
socarronamente la tierra se mete entre mis dedos
no me salvan tus palabras y los juicios del gendarme a la vuelta de la esquina
las convocatorias de los partidos políticos
o las llamadas a misa
ídem las horas en un trabajo de almacenista que las mañanas al borde del suicidio
putos los minutos
y putas las veces que me senté a escuchar un discurso tan gastado
como los pensamientos que me asaltan en la nostalgia de un vagón cruzando en la promesa de un rostro lleno de víveres como para el fin del mundo
no me sujeta nada
y aún pienso que tengo algo por hacer
cultivar un poco de marihuana
verte bailar el tubo tubo a las dos de la mañana
llevar a mi hija a la escuela y posiblemente decir basta
quitarme la camisa y mentir sobre el contexto de una carta
sufrir por la devaluación
y después creer que ya no hay corazón para tirarse en la calle
DY
la noche empieza desde tu ausencia en los aparadores
en reversa el reloj forja una mano en el cuello de las tumbas que no he visitado
las piedras que he olvidado en la nostalgia de un rostro para otro tiempo
el temblor de las manos sosteniendo el vaso lleno de mis recuerdos
los gorupientos concurriendo en la espalda para devorarme los gusanos
que he olvidado en el afán de alcanzar mi sombra
correr no funciona
tocar las campanas no funciona
hacen falta las costras en los pies para tener un pretexto y declararse incapacitado
quedarse en casa y sufrir las lágrimas divulgadas a media calle
sostener la mirada del espejo después de haberse pasado toda la noche vertiendo la ciudad en una distancia tan terciopelo entre tus ojos y mis uñas pegadas a la banqueta
invocar el fantasma de Andrea y de plano morir con el pecho tatuándome tu nombre en el bigote
de veras
correr no me funciona
EY
inmóvil la palabra lluvia se retuerce en las ventanas
no significa nada para tus labios
oquedad maloliente los ojos se me escapan al otro lado de tus muslos
me niego a recordarte trasponiendo la ciudad con un grillo en las llantas traseras
con la jornada atorada en la melancolía de un grito dejado en la orilla de un puente
y la suela de mis botas tan gastada de tanto pasar por tu casa
sospecharte con una falda tan blanca como las horas que pasas barriendo
o limpiando los restos del día que se extingue sin vernos a la cara
dónde poner tanto deseo
cómo guardar la vida para otra vida de lluvia tan tostada como una tortilla
columpiándose en la confianza de equiparar las esperanzas
FY
corporalmente el olor de una esperanza me retiene en lo plástico de un envoltorio de carnes
te reconstruye y te aglutina en las voces de los autos sin más límite que las paredes
demasiado patán el silencio te nombra en la ausencia de una calle que se me escapa de los labios
te reserva para otro juicio y los pensamientos de un pese a todo recurrir al mundo para quedarnos tan inmóviles como un pezón en la madrugada
luciérnaga el reloj no avanza
me niego a quedarme sin voz y sin tus gritos a final de la escalera
GY
malteadamente una parvada de tordos pasa por tu calle
escucho sus pasos
sus voces de niños sin sueño
su estancarse en las puertas e indeleblemente mancharme la camisa con tu nombre
en la improvisación del instante de jugar a quedarse sin respiración
sin gemidos
sin adioses y sin suelo
avanzo y me despeño
camino y me ahogo en el lenguaje tan eco de tu expedición a los ojos del volante
surtidamente somos próximos
surtidamente tus frases ventilan la muerte de mis muertos