A mi “pequeño infinito”… Vero

 

A mi madre, mi mentora… Cecilia

ÍNDICE

Portada

Página de título

Dedicatoria

 

Agradecimientos

 

Breves consideraciones sobre la redacción

 

Introducción

PRIMERA PARTE

ANTES DE REDACTAR

 

I. ¿Qué es redactar?

(Un breve preámbulo)

 

1. La necesidad de comunicarse

2. La comunicación

2.1. La comunicación humana

2.1.1. Señales y signos

2.1.2. Signo lingüístico

Código

3. La lengua

Variaciones de la lengua

3.1. El habla

3.2. Lengua, habla e idioma

4. El lenguaje

Lenguaje formal, lenguaje coloquial y lenguaje vulgar

Lenguaje informativo, lenguaje expresivo y lenguaje directivo

4.1. Lenguaje escrito

5. Redacción

 

II. ¿Qué se necesita para redactar?

(Un breve actualizador)

 

Palabra y concepto

Palabras y conceptos en la práctica

Nociones esenciales

1. Gramática

1.1. Las palabras

Sustantivos (o nombres sustantivos)

Artículos

Adjetivos

Pronombres

Verbos

Adverbios

Preposiciones

Conjunciones

Interjecciones

Un ejemplo esclarecedor

Las palabras y sus ribetes

Palabras y enunciados

1.2. Ortografía

1.2.1 Acentuación

Referencias

Acento prosódico

Separación de vocales

Separación de consonantes

Clasificación de palabras según el acento

Acento (orto)gráfico

Acentuación de palabras agudas

Acentuación de palabras graves

Acentuación de palabras esdrújulas y sobresdrújulas

Acento dierético

Reconocimiento de un acento dierético

Acento diacrítico

Ley especial

Tilde en palabras interrogativas y exclamativas

Tilde en demostrativos

Los adverbios terminados en –mente

1.2.2. Puntuación: otros signos ortográficos

1.3. Morfosintaxis (un leve escrutinio)

1.3.1. La frase y la oración

La frase

La oración

1.3.2. Elementos de la oración

Más acercamiento

1.3.3. Variedades de oraciones

Oraciones simples

Oraciones compuestas

2. Semántica (un preludio)

3. Lógica (un preludio, también)

SEGUNDA PARTE

LENGUAJE ESCRITO

 

I. La oración

 

Retomando algunas definiciones

1. Sujeto y predicado

1.1. El sujeto

1.1.1. Características del sujeto

El sustantivo, núcleo del sujeto

El sustantivo: nombre y pronombre

Los adjuntos (modificadores directos): artículo y adjetivo

Los sustantivos complementos (modificadores indirectos)

Complementos de complementos

La traslación (o transposición)

Sujeto simple, sujeto compuesto y sujeto tácito

Cuando hay problemas con el sujeto… ¿Cómo reconocerlo?

1.2. El predicado

1.2.1. El núcleo del predicado

1.2.2. El complemento directo

Complemento directo con a

Palabras que pueden funcionar como complemento directo

El pronombre personal de complemento directo

Cómo localizar el complemento directo

1.2.3. El complemento indirecto

El pronombre de complemento indirecto

1.2.4. Laísmo, leísmo y loísmo

1.2.5. La doble sustitución

1.2.6. Los complementos circunstanciales

1.2.7. El orden de los complementos en el predicado

2. Oraciones compuestas

2.1. Oraciones coordinadas y subordinadas

2.1.1. Las oraciones coordinadas

2.1.2. Las oraciones subordinadas

2.1.2.1. La subordinada sustantiva

Subordinadas al sujeto

Subordinadas de complemento directo

2.1.2.2. Las subordinadas adjetivas

Oraciones subordinadas especificativas

Oraciones subordinadas explicativas

2.1.2.3. La subordinada circunstancial

 

II. Puntuación

 

1. Uso del punto

1.1. Para separar ideas

1.2. Otras referencias del punto

2. Uso de la coma

2.1. Para separar elementos en serie

2.2. Entre frases u oraciones de construcción semejante

Como salvedad

2.3. En frases u oraciones incidentales

Incidentales en detalle

2.3.1. Con vocativos e interjecciones

El ruido, el grito y la llamada

2.3.2. Para evitar confusiones

2.3.3. Subordinadas explicativas (introducidas por un relativo)

2.3.4. Respuestas “reforzadas”

2.4. Antes y después de ciertas conjunciones o adverbios

2.5. En variaciones sintácticas y oraciones bipartitas

2.5.1. Variaciones sintácticas

Regla general

2.5.2. Oraciones bipartitas

Condicionales (introducidas por si)

De intensidad (construidas con tan o tanto)

Temporales (introducidas por cuando)

Causales

Concesivas

Cláusulas absolutas de gerundio y participio

2.6. Para aproximar oraciones yuxtapuestas

2.7. En casos de elipsis

2.8. En sujetos de construcción compleja o extensa

Usos adicionales de la coma

Uso incorrecto de la coma

3. Uso del punto y coma

3.1. En algunas expresiones complejas que incluyen comas

Elipsis de verbo

Oraciones yuxtapuestas de construcción semejante

En oraciones donde hay frases incidentales u oraciones subordinadas

3.2. Algunas proposiciones yuxtapuestas, no semejantes

Con el mismo sujeto

Cuando hay estrecha relación en el sentido

3.3. Antes y después de ciertas conjunciones o adverbios, en proposiciones largas

4. Uso de los dos puntos

4.1. Tras fórmulas de saludo

4.2. Antes de una lista

4.3. Antes de una cita

4.4. Para conectar (o “separar”) oraciones

4.5. Antes de ciertos giros y frases hechas

4.6. Algunos usos jurídicos y administrativos

5. Uso de los puntos suspensivos

5.1. En enumeraciones abiertas o incompletas

5.2. Cuando se deja ciertas frases incompletas

5.3. Para indicar ironía, sorpresa, dramatismo, duda, temor…

5.4. Para omitir parte de ciertas oraciones

5.5. Para omitir parte de un texto

6. Uso de los signos de interrogación y exclamación

7. Uso de paréntesis

8. Uso de corchetes (o llaves)

9. Uso de la raya

10. ¿Paréntesis, comas o rayas?

¿Cuándo usar paréntesis?

¿Cuándo usar rayas?

11. Uso de comillas

Combinación de comillas con otros signos

12. Diéresis o crema

13. Otros signos

TERCERA PARTE

REDACCIÓN

 

I. De la oración al discurso

 

1. El párrafo

Qué es un párrafo

1.1. Construcción lógica de oraciones

Orden de las ideas

Coherencia en las frases: una prevención

Cohesión en el párrafo (un anticipo)

1.2. Singularidad de propósito

1.2.1. Tipos de párrafos

Párrafos de introducción

Párrafos de conclusión

Párrafo de enumeración

Párrafo de comparación / contraste

Párrafo de desarrollo de un concepto

Párrafo de enunciado de un problema / solución de un problema

Párrafo de causa/efecto

1.3. Cohesión

1.3.1. Deixis o expresiones referenciales

Algunas deixis

1.3.2. Conexiones semánticas

Sinonimia

Antonimia

Hiperonimia/Hiponimia

Meronimia/Holonimia

Homonimia

1.3.2.1. Mecanismos de repetición

1.3.3. Marcadores del discurso

1.3.3.1. Tipos de marcadores

Estructuradores de la oración

Conectores

Reformuladores

Operadores argumentativos

Marcadores conversacionales

1.4. Correcta conexión entre las frases que forman un párrafo (un breve preámbulo)

Apéndice: Palabras homófonas (ejemplos)

 

II. Formas de expresión escrita

 

El texto

1. La descripción

Clases de descripción

1.1. Tipos de descripción

El objeto de la descripción

La forma en que se describe

1.2. Procedimientos empleados en la descripción

Reglas del estilo descriptivo

Formas verbales

El sustantivo y el adjetivo

Las estructuras sintácticas

2. La narración

El narrador y el punto de vista

2.1. Los acontecimientos

2.2. Los personajes

2.3. El espacio

2.4. El tiempo

El lenguaje en los textos narrativos

Algunos consejos prácticos

Las estructuras sintácticas

3. La argumentación

¿Qué es argumentar?

Características de la argumentación

3.1. Estructura de los textos argumentativos

3.1.1. Presentación o introducción

3.1.2. Exposición de la tesis

3.1.3. Cuerpo de la argumentación

3.1.4. Epílogo o conclusión

3.2. Tipos de argumentos

Tipos generales

Argumentos en detalle

Apéndice: Lógica

4. La exposición

Características de los textos expositivos

4.1. Estructuras expositivas

4.2. La técnica informativa (una pincelada)

La pirámide invertida

4.3. El comentario (otra pincelada)

5. Dos pequeños adjuntos

Desarrollo de una idea

Titulación

Apéndice: Secciones accesorias de una carta

 

III. El estilo

 

1. El estilo y su obtención

Voces y personas

1.1. El estilo y las palabras

Adjetivos y adverbios

Pronombres: yo y uno

1.2. Algunas figuras de construcción

Hipérbaton

Elipsis

Pleonasmo

Silepsis

Traslación

1.2.1. Otra pincelada de retórica (apéndice para literatos)

Comparación

Metáfora

Sinestesia

Polisíndeton

1.3. Matices en tiempos verbales (traslación)

1.3.1. Presente

Presente histórico

Presente habitual

Presente de anticipación

Presente durativo

Presente de obligación (o de mandato)

1.3.2. Pretérito

Pretérito de eventualidad

Pretérito de cortesía

Pretérito imperfecto de conato

1.3.3. Futuro

1.3.4. Condicional

Como remate

2. Corrección de estilo

2.1. Directrices básicas para corrección de estilo

2.1.1. Conectores

2.1.2. Pronombres, adjetivos y adverbios

2.1.3. Información irrelevante o imprecisa

2.1.4. Siglas y lugares

2.1.5. Sujeto y sustantivos

2.1.5.1. Problemas de género

Caso especial: femeninos con artículo masculino

Ambiguos, “comunes de dos” y bigéneres

Femeninos irregulares

2.1.5.2. Problemas de número

Formas indistintas

Plurales improcedentes

2.1.6. Verbos

2.2. Algunas faltas que evitar

2.2.1. Abuso del posesivo “su” (una breve incursión)

2.2.2. Verbosidad

2.2.3. “Cosismo”

2.2.4. “Mismismo”

2.2.5. “Aísmo”

2.2.6. Vicios de dicción

3. Práctica y métodos (corrección y paráfrasis)

Sintetización

Limpieza de expresiones

Amplificación

Variaciones textuales

CUARTA PARTE

APÉNDICE

 

I. Encauzamiento idiomático

 

1. Sustantivos

1.1. Algunos sustantivos nebulosos

2. Adjetivos

2.1. Algunos adjetivos nebulosos

3. Verbos

3.1. Errores diversos

Errores de forma

Errores de acentuación

Errores provocados por el cambio de tiempos y modos

Errores provocados por el mal empleo de gerundios

Otros verbos que causan problemas

3.2. Algunos verbos nebulosos

4. Pronombres

4.1. Un uso nebuloso de pronombres

4.1.1. Uso de clíticos

Formas verbales con clíticos

Colocación de los clíticos con respecto al verbo

Orden de las secuencias de clíticos

Duplicación de complementos: “coaparición” del clítico y el complemento

Discordancias en el uso de los clíticos

Otras consideraciones sobre el uso de los clíticos

5. Preposiciones

6. Adverbios

6.1. Algunos adverbios nebulosos

7. Conjunciones

7.1. Algunas conjunciones nebulosas

 

II. Vicios

 

1. Gerundismo

2. Leísmo, laísmo y loísmo

3. Queísmo

4. Dequeísmo

 

III. Algunos prontuarios

 

1. Las letras

1.1. El alfabeto español

1.2. Fonemas, letras y dígrafos

1.3. Uso de letras

2. Uso de preposiciones

3. Uso de mayúsculas

3.1. Mayúsculas en palabras o frases enteras

3.2. Mayúsculas iniciales

En función de puntuación

En función de la condición o la categoría

En función de otras circunstancias

Empleos expresivos

3.3. Minúscula inicial

4. Uso de abreviaturas

5. Otros signos ortográficos

Guión

Barra

Apóstrofo

Signo de párrafo

Asterisco

Usos no lingüísticos de algunos signos de puntuación

6. División de palabras al final del renglón

Obras consultadas

Datos del autor

Página de créditos

AGRADECIMIENTOS

 

A mi madre y a mi esposa, por la motivación, la paciencia y la capacidad de hacer de la espera un aliciente; por ser mentoras y la inspiración que cada minuto de languidez surcaba hasta mi aliento. A mis tías, hermanas, abuela… esas maravillosas féminas que me enseñaron la posibilidad de labrar portentos, con tesón y convicción, y de trepar hasta el pináculo más laborioso de cualquier utopía. A toda mi familia en Chile, motivadores morales de mi labor literaria y personal, con certeza y desinterés. A mi familia política en México, por el amparo y el beneficio de su fe en mi quehacer diario.

A Víctor Bórquez Núñez, incansable e inalcanzable maestro, quien, primero, me entregó la preparación preliminar y sustancial en el mundo de las letras y en la búsqueda de la excelencia y, también, por examinar con menudencia esta obra, para luego dar su venia, el más valioso pláceme.

Al maestro Benjamín Torres Vargas, director de la Casa de la Cultura de Durango, por su apoyo y su confianza, por su amistad y, sobre todo, por su eficiencia. Gracias por la oportunidad.

A los alumnos de los talleres de Redacción y Retórica, en la Casa de la Cultura de Durango… Sí, a ellos, ya que gracias a sus dudas surgió este libro.

A los alumnos del diplomado “Expresión escrita: redacción, composición y corrección de estilo”, que con sus titubeos y dilemas, derivados de su interés y entusiasmo, fundaron algunos incrementos ventajosos para esta obra. De estos prosélitos, menciono especialmente a Miguel Ángel Cano Treviño, quien contribuyó concretamente además de diversas aportaciones con un ejemplo, circunscrito en la apostilla 7 del capítulo II, segunda parte.

A la familia Martínez Rodríguez, don Lucho y doña Angélica, por todo el estímulo y el crédito a mi capacidad, siempre auténtico, siempre cordial.

A la doctora Zeyda Cisneros, por el favor de su amparo y aprobación, un aliciente magnánimo al proceder de esta obra.

A todos, nuevamente, muchas gracias.

 

BREVES CONSIDERACIONES SOBRE LA REDACCIÓN

 

Estamos conscientes de que quien ahora mismo está leyendo este prontuario, precisa su colaboración y le gustaría, dentro de la brevedad de unas líneas, demostrar en qué consiste el arte de escribir; descomponer los procedimientos del estilo; exponer técnicamente el arte de la composición; proporcionar medios para aumentar y extender sus propias disposiciones, es decir, duplicar o triplicar su talento para que el lector recibiera en una receta un medicamento urgente de salvación que, en píldoras, le hiciera ingerir todos los recursos literarios habidos y por haber.

No obstante, sabemos que eso es algo imposible. Donde prestigiosos autores lingüistas han puesto su mayor empeño e interés sin conseguirlo, muchos fracasan en el solo intento, no porque carezcan de posibilidades o herramientas, sino porque referirse a la redacción, al estilo, a la gramática y a todas las leyes que rigen nuestro idioma, supone una tarea ardua.

Por lo mismo, decirle al lector cómo tiene que excavar en su cerebro para tener algo que decir y decirlo, no es posible, por razones fácilmente deducibles. Diferente es que, teniendo algo para decir, indiquemos cómo debe decirse distinguiendo entre quienes tienen como miras distraer al lector y quienes investigan, instruyen o educan; porque surgen dos estilos perfectamente diferenciados: “literario” y “filosófico”. Establecer claras diferencias entre ambos supondría disertar largo y tendido. Pero nos limitaremos a afirmar que el pensador no es un escritor, porque este último mira, piensa y repiensa las palabras que forman la sustancia de su trabajo, mientras que el filósofo escribe directamente sin detenerse en la belleza de la frase, porque busca en la palabra el soporte de su pensamiento. El escritor expresa las cosas y se hace solidario de las expresiones escogidas entre muchas, mientras que el pensador nombra, define y se identifica con los pensamientos; no se queda en las palabras, descubre realidades no vistas antes por nadie.

De esta manera, sea cual fuere el estilo del autor, le serán de aplicación nuestras opiniones, recordando, previamente, que el estilo del trabajo intelectual dará a la obra un matiz didáctico, sobrio, sencillo, claro, preciso y concreto; sin afectación y sumamente ordenado. El énfasis, la ironía, la hipérbole o la declamación son ajenos al trabajo intelectual, que es, donde, por cuestiones de espacio, se centra nuestro disertar.

El lector de este texto debe partir considerando que el trabajo que tiene delante, deberá ser un fiel reflejo de la realidad objetiva, en el que se dibuje cada palabra como el pintor en el lienzo, sin alarde de profundidad filosófica o de estilística exquisita. Siempre nos vendrá como llovido del cielo el pensamiento de Gracián:

 

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno.”

“Hace de hablar, como en testamento; que a menos palabra, menos pleitos.”

“Son las voces lo que las hojas en el árbol, y los conceptos, el fruto.”

 

Eugenio D’Ors afirma: “Entre dos explicaciones, elige la más clara; entre dos formas, la elemental; entre dos palabras, la más breve”.

Notemos cómo Eugenio D’Ors, con cuatro palabras nos habla de claridad; nos recomienda la sencillez y no se olvida de la brevedad. Su pensamiento, corto pensamiento, es un alarde de “densidad” (mucho en poco). Para conseguirlo, debemos releer nuestros escritos. Debemos resumir, todo se puede resumir.

Así pues, este Abecé de redacción llega como un remanso para las agitadas marejadas que nos golpean, en un tiempo en que la pulcritud y la exactitud idiomática parecieran ir en retirada. Pero el autor sabe —está convencido y eso ya es meritorio— que cuanto más se quiere el idioma, más se lo transmite y trasciende su amor por la palabra, la que finalmente será la tabla que nos salvará del olvido y de la desidia. Disfrute este texto. Su valor está asegurado.

Respecto de la metodología del texto, baste subrayar su científica paciencia para desmenuzar cada uno de los aspectos esenciales del idioma. Parte por responder cuestiones esenciales para mejorar la redacción.

 

Detalla el problema al amparo de las siguientes interrogantes:

• ¿Quién nos leerá?

• ¿Qué nos proponemos?

• ¿Qué deseamos lograr?

• ¿Cuánto tiempo disponemos y quién o qué bibliografía necesitamos?

 

Plantea un trabajo serio y exhaustivo:

• ¿Quién nos ayudará?

• ¿Dónde debemos investigar?

• ¿Qué documentación aclaratoria, o de apoyo a nuestra tesis, podemos aportar?

• ¿Quién es accesorio y principal en nuestro estudio?

 

Denota investigación y acopio de fuentes:

• Fiabilidad de la documentación que nos informa. ¿Está al día? ¿Es suficiente?

 

Expone claramente el objetivo central de su propuesta:

• Entrega un orden expositivo en las ideas, resaltando las principales.

• Utiliza un lenguaje que, en ningún momento, requiera la ayuda del diccionario para comprenderlo.

• Elabora índices analíticos que ayuden a enterarnos del contenido.

• Procura que cada párrafo trate un solo asunto y que éste se exponga al amparo de títulos, subtítulos o derivados que extracten el contenido.

 

Denota organización del trabajo:

• Establece una fecha de comienzo y otra de final.

• Divide en etapas el tiempo de trabajo.

• Redacta registrando, prioritariamente, el fondo de cada tema en exposición.

• Es claro, conciso, metódico, concreto, correcto, considerado y cortés para conseguir del lector su atención, comprensión, aceptación y despertando en él la acción.

 

Tiene un control del trabajo, porque responde las siguientes interrogantes:

• ¿Estamos siendo sencillos, claros y breves?

• ¿Hemos pensado en qué escribimos, cómo escribimos y quién nos leerá?

• ¿Aportamos una solución clara y convincente del problema que contemplamos?

• ¿Se repiten ideas? ¿Están fuera de su apartado, capítulo o título correspondiente?

• ¿Qué sobra o falta del informe que emitimos para enriquecer su contenido?

 

Préstese atención a la construcción de la frase, al lugar del verbo, al orden de las palabras y de las ideas… a las frases desordenadas, a la precisión ortográfica y sintáctica del lenguaje, a los modismos, idiotismos, extranjerismos, vulgarismos… Ojo con los circunloquios, los rodeos innecesarios, las asonancias, consonancias… y a los miles de vicios que malean nuestro noble hablar castellano. Todo, por favor, con respeto, pero sin adoración; sin dar lugar a que la “forma” del cómo redactar quite vida al “fondo” de su creatividad literaria. “Sea usted mismo” y recuerde que cuanto expresemos con claridad y respeto al prójimo, es válido.

Todo ello asegura que este texto es de capital interés tanto para neófitos como para iniciados en el arte maravilloso y exigente de redactar con pulcritud y conciencia.

 

VÍCTOR BÓRQUEZ NÚÑEZ

Periodista, escritor y docente

Antofagasta, Chile, febrero de 2009

INTRODUCCIÓN

 

Este libro emergió como tal gracias a la eventualidad. En un comienzo era un modestísimo breviario ortográfico, basado en frases, oraciones y puntuación, tendiente a auxiliar un taller de redacción y retórica; luego se convirtió en un manual de ortografía, un poco menos austero, que indagaba de manera tenue en algunos asomos de redacción. Estos últimos eran barruntos que servían, en parte, como un delgado “antibiótico contra la aridez”, aspereza propia de estos temas, propia de las tediosas y temidas premisas ortográficas, hasta entonces soberanas casi únicas de ese libro. Luego, comenzaron a aparecer diversos pormenores que se tornaban ineludibles y clamaban por ser incluidos, hendiéndose como una plétora inspirada… Al final, sin saberlo, lo que comenzó como un humilde compendio de ortografía se convirtió en lo que ahora es: una completa antología de redacción, con cuatro partes empalmadas de manera concienzuda y lógica. Pero, como sucede con toda obra, y no hay que olvidarlo, este libro asume una perfectibilidad indiscutible, que podría ser remediada en un futuro cercano.

Ahora el libro tiene el propósito de estimular el enfrentamiento del lector —y ojalá potencial o actual “escritor”— con la escritura, de una manera lo más práctica y sencilla posible, para que pueda advertir en la redacción a un buen aliado, no un temible enemigo. La obra puede ser abordada con un maestro como intermediario, o como “lección independiente”, para que el usuario sea su propio educador. Además, contiene muchos pies de nota que aclaran ciertos puntos o complementan el contenido, sin entorpecer o detener el aprendizaje; del mismo modo, los “cuadros reforzadores” abundan, para aclarar de manera breve, complementar o reforzar una idea.

Considerando que muchas personas no son cercanas a la lectura ni a la redacción, este libro fue “confeccionado” de una manera muy particular, pues se hilvanó en su totalidad con sencillos diagramas o bosquejos. De este modo, quien rehuye de las letras, evitará toparse con un “muro de letras” —como frecuentemente sucede—, tedioso, que suele menguar toda iniciativa de ilustración o perfeccionamiento, y encontrará, en cambio, una disposición agradable y paliativa.

Es necesario recalcar que en el libro no hay “nada nuevo”, nada que no se haya escrito antes, ni nada descomunal que un escritor ya formado busque. No se pretende forjar escritores —aunque indudablemente en muchos casos ése será el resultado— ni ser el asilo de la elocuencia; sólo se quiere favorecer a quienes comienzan o se atreven a ser mejores, y socorrer a quienes ya son asiduos y sostienen algunas dudas. Con todo, se intentó plasmar una instrucción progresiva, intentando dar de manera escalonada con cada uno de los impedimentos que emergen al momento de intentar escribir. Es esto, tal vez, la “ventaja” —o el defecto— de este libro: abarcar el mayor número de contenidos, para no verse en la necesidad de recurrir a otra u otras obras adicionales. Por lo demás, quien creyere que alguna de las cuatro partes, o algún capítulo de éstas, es innecesaria para su formación, puede franquear aquel segmento; aunque, para quien ostente una competencia amplia, no está de más un escrutinio fresco, por cuanto se aconseja estimar el libro en su cabalidad.

Por lo demás, es oportuno señalar los matices que cada parte comprende: la primera parte es de exclusiva asimilación, inducción y preparación; la segunda parte, un acopio de normas y ejercicios prácticos que comenzarán a vivificar una buena expresión escrita; la tercera parte, un compendio y un derrotero, con breves y sencillos ejercicios sobre estructuración de mensajes escritos, de redacción propiamente tal; y la cuarta parte es una pequeña “obra de referencia”, tendiente a socorrer cualquier duda. Entre estas cuatro fracciones se intentó cubrir y subsanar de manera lógica y graduada las vicisitudes que comparecen tenazmente cuando se intenta escribir.

Hay confianza y esperanza en que esta obra tenga gran campo de aplicación en los extensos mundos de las letras y de la pedagogía.

 

EL AUTOR

PRIMERA PARTE

ANTES DE REDACTAR

 

 

En esta primera parte se asimilarán, de manera sucinta, ideas introductorias, fundamentos y conceptos básicos de componentes, actos y procesos que dan origen a la redacción, desde el fenómeno más germinal hasta la redacción en sí; es decir, se verá cómo comienza a concertarse la tan preciada redacción. Estas primeras nociones serán de suma importancia, ya que servirán como una demarcación que encauce la redacción, no en un sentido fortuito, sino con juicio y lucidez, con cabal conocimiento de lo que se quiere hacer —con sus ejes y alcances— y de las herramientas que se utilizarán. Además, serán esbozadas ilustraciones y premisas consideradas imprescindibles para un buen primer encuentro con la redacción, a partir de la lectura de este libro.

En el primer capítulo se hará un breve recorrido introductorio, desde la reflexión sobre la necesidad que tiene el ser humano de comunicarse y del medio del cual se sirve para esto, hasta llegar a una “variante” del lenguaje escrito, el foco de este manual: la redacción.

En el segundo capítulo se verá de manera más extensa y detenida un agente cardinal para el logro de una buena redacción, de manera sencilla, tratando de evitar lo mayormente posible la aridez: la gramática.