Dedico este libro

A mi esposo, Alberto, quien ha sido mi cómplice y apoyo incondicional.
A mis hijos, Reyna, Esther y Eduardo, por ser lo más bello de este
mundo y haber aguantado las bromas sobre el trabajo de su mamá.
A mis papás, por una vida de amor.

Índice

Portada

Página de título

Dedicatoria

Agradecimientos

Introducción

1. Mitos

2. Vamos a conocernos…

3. Masturbación femenina: otras formas de placer

4. El juego

5. Sexo oral

6. La primera vez

7. A rocanrolear: el coito

8. El orgasmo de él y de ella

9. El Punto G y el Punto P

10. Afortunadas nosotras… Multiorgasmia

11. Fantasías sexuales: fantasmas del placer

12. Sexy y seductora

13. Ser una buena amante, el sueño de toda mujer

14. Las profesionales hablan…

15. Diferencias de sexo

16. Hoy no tengo ganas… mañana… tampoco

17. Sexo hasta en la sopa: libido muy alta

18. Inteligencia sexual

19. Cuestionario sobre coeficiente sexual

20. ¿Por qué las mujeres somos infieles?

21. Preguntas frecuentes

22. Diviértete con el sexo y sé original

Comentario final

Bibliografía

Nota de la autora

Datos de la autora

Página de créditos

Agradecimientos

 




Agradezco a mi papá el haber podido romper con sus paradigmas y acompañarme en mi vida profesional.

A mi mamá, que ha visto, escuchado y compartido cada proyecto conmigo; quien me apoya y retroalimenta todos los días.

A mi esposo, que ha aguantado mis malos humores, me ha alentado cuando me siento deprimida, me sube el ánimo todos los días, y ha sido mi compañero en todos y cada uno de mis proyectos.

A Reyna, por ser mi amiga, por hacer tan fácil mi tarea de ser mamá. A Esther y Eduardo, por su paciencia, sus consejos y su comprensión. A los tres, por encender mi amor cada vez que los miro, por ser mi inspiración para ser cada día mejor.

A mi primo, León, por haber creído en mí e impulsarme a escribir este libro.

A Milly, por facilitarme la vida siempre con una sonrisa en la boca. Por su cariño, entusiasmo y ánimo. Por ayudarme con la revisión y el contenido del libro.

A Karen, por ser mi amiga y psicóloga de cabecera, por ser mi confidente, por quererme como soy, por compartir nuestras vidas e inquietudes.

A Flor, por creer en mí, por su fe en lo que puedo hacer por otros, porque siempre valora lo que hago, por ser mi consultora de imagen, por ser siempre mi compañera, mi amiga de toda la vida.

A mi abuela, Florita, un ejemplo de vida, quien me ha mostrado que cuando uno quiere algo lo logra con trabajo y dedicación.

A mis suegros, por aceptarme, amarme y sentirse orgullosos de mí.

Gracias a todas las mujeres y hombres que me han escuchado y aportado sus anécdotas y sus vivencias.

Gracias por haber confiado en mí.

Introducción

 




MI LIBRO

¿Por qué escribir otro libro de sexualidad? Porque a pesar de que varias personas han dicho mucho sobre la sexualidad, nunca te lo he dicho yo a ti con mis palabras.

Porque necesito decirte que puedes disfrutar de tu sexualidad libremente, aprender a gozar con plenitud de tu cuerpo, conocer cada rincón y explorarlo sin culpa ni vergüenza; que puedes gozar de uno o varios orgasmos, además de aprender cómo hacerlos más intensos. Tú ejerces el control sobre tu deseo (eres dueña de tu mente) y tienes el derecho de decidir qué haces, o no, con tu persona. Quiero enseñarte que puedes disfrutar del cuerpo de tu pareja tanto como del tuyo.

Nos han vendido la idea de que: “Los hombres nada más quieren sexo, se quieren aprovechar de las mujeres”, y nosotras hemos aceptado esa idea, sintiéndonos víctimas y vulnerables.

¿Por qué nosotras no nos aprovechamos de ellos de la misma manera? ¿Por qué no aprendemos a sacarle provecho al deseo y la fantasía de ellos? ¿Por qué no usamos su cuerpo para nuestro placer? Porque no sabemos cómo hacerlo. Porque nos asusta el poder y no sabemos manejarlo. Porque nos han enseñado, desde niñas, que la mujer sólo puede y debe tener relaciones sexuales por amor, y no por deseo.

En este libro voy a desmitificar esa falsa información que nos limita como mujeres y nos hace daño como seres humanos.

Necesito decirte que el orgasmo es de quien lo trabaja. Muchas mujeres responsabilizan a sus parejas de su propio placer, cuando la responsabilidad es primero nuestra. Debemos reeducarnos para conocer nuestro cuerpo sin pena ni asco, aprender a gozar de él, amarlo y después compartirlo con una pareja.

Si al masturbarnos en la adolescencia lo hicimos con culpa y nos prometimos no hacerlo más, debemos saber que esa culpa proviene de una sociedad primitiva que aún no es capaz de aceptar que las mujeres tenemos derecho a sentir placer, sin que por ello nos convirtamos en unas… La masturbación es el principio para conocer las zonas genitales y erógenas, y la mejor forma de llegar a un orgasmo.

Escribí este libro para decirte que podemos disfrutar de lo que hacemos sexualmente, no es un castigo ni tenemos por qué poner pretextos para evitar gozar al máximo. Además, quiero darte permiso (aunque no lo necesitas) de hacer lo que desees sexualmente, siempre y cuando sientas placer, no afectes a terceros ni a ti misma y lo disfrutes.

Si a mí me hubiesen dicho algunas de las cosas que informa este texto, me hubiera ahorrado mucho tiempo, culpas, angustias y malos ratos. Me hubiera divertido más y me hubiera juzgado menos fuerte a la hora de calificarme como amante.

Estamos muy acostumbradas a compararnos con otras mujeres, con las de la televisión, las de una revista y con las amigas. Generalmente, siempre vemos más verde el jardín del vecino. No valoramos lo que sí tenemos y ponemos doble énfasis en aquello de lo que carecemos.

Hay un dicho: “Dime de qué presumes y te diré de qué careces”. Amigas que se jactan de tener relaciones sexuales con varios hombres en una semana, incluyendo múltiples orgasmos en cada noche, y que nos aseguran haberlos dejado sufriendo por el gran amor que sienten por ellas, no es sino una triste y desoladora ilusión.

Cuánto daño nos hemos hecho al recrear mentiras sexuales para ocultar miedos e inseguridades. Finalmente, esas mentiras no son sino fantasías que deberían convertirse en realidad. Creemos que otras están gozando de un sexo maravilloso, mientras nosotras permanecemos frustradas, con y sin pareja.

Quiero que tú seas la única que juzgue tu vida sexual, tus encuentros eróticos, tu calidad de orgasmo, y que sólo tú decidas si quieres cambiar o estás bien como estás.

Te invito a convertirte en una buena amante, en una excelente compañera y en una mujer informada. En una mujer que goce sólo por gozar, sin que por ello sienta que es una mala persona.

Te invito a cuestionar todo cuanto nos han enseñado y hemos aprendido acerca del sexo, a crear tu propia opinión sobre lo que te da o no placer y, entonces, sólo así, elegir.

COMENCEMOS…

A muchas mujeres nos han educado para estar al pendiente de las necesidades y deseos de otros, comenzando por los de mamá y papá, llenando sus expectativas de lo que debemos ser y hacer. Así, nos educan para obviar lo que nosotras queremos o deseamos, haciendo a un lado lo que sentimos; de esta forma, cada vez tenemos menos capacidad para reconocer lo que sentimos y deseamos. Al final, terminamos enterrando nuestras propias expectativas y anhelos.

Al ser adultas comenzamos a sentir un vacío, una sensación de poco contacto con nosotras mismas y con el mundo que nos rodea, y no sabemos qué sucede, qué lo produce ni cómo podremos resolverlo. Si nos preguntaran qué pasa, no sabríamos cómo contestar; estamos tan contaminadas por las opiniones de los demás, y hay tanto ruido externo retumbando en nuestras cabezas que no nos escuchamos a nosotras mismas.

Una buena solución para ese problema consiste en volverse egoísta, aprender a distinguir qué es lo que el otro quiere y qué es lo que nosotras queremos; aprender a soñar, darnos la oportunidad de pensar diferente y hacer valer nuestras ideas.

Sexualmente estamos acostumbradas a dar, a satisfacer aquello que el otro necesita, compramos la idea de que seremos buenas amantes en la medida en la que complazcamos a nuestra pareja en la cama y no nos damos cuenta de que lo primero es estar satisfechas con nosotras mismas, indagar qué queremos, qué necesitamos y atrevernos a pedirlo.

Pareciera que al pedir lo que necesitamos, perdiéramos feminidad, espontaneidad, como si no fuera válido o como si fuéramos a asustar o traumatizar a nuestra pareja con una actitud impositiva, cuando simplemente queremos guiar a nuestra pareja por el sendero que nosotras conocemos mejor que nadie.

Una amiga me decía:

Yo no me atrevo a decirle nada; incluso cuando me está masturbando y mueve su mano perdiendo contacto con el clítoris, en lugar de decírselo, muevo la cadera tratando de pescar sus dedos.

¿No tenemos boca? No hay nada de malo en decirle: “Mi rey, ya te fuiste a otro lado, es aquí”.

Un día me tocó hablar con un grupo de mujeres a las que les pregunté: ¿Podría decirme alguna de ustedes, cuál es su fantasía sexual? Reinó el silencio. Pensé que tenían pena de expresarse, así que narré varias fantasías comunes de las mujeres, y fue cuando una de las presentes me dijo:

Nunca he tenido una fantasía, sentía que al hacerlo estaría siendo infiel, no me doy permiso de fantasear y no sé ni cómo hacerlo.

Aprender a no juzgarnos con severidad es una forma de amarnos y darnos la posibilidad de romper con límites creados por nosotras mismas. Informarnos es otra manera de quebrar estas barreras y lograr obtener mayor libertad sexual en nuestras vidas.

Una vez que sabemos qué queremos, hay que buscarlo. La mayoría de las mujeres se quedan con las ganas de hacer un baile erótico o ir a una tienda de juguetes sexuales por vergüenza. Ésta es la hermana del miedo. Vergüenza y miedo de mostrar su cuerpo y ser juzgada, de no ser tan bella como quisiera, como las mujeres de la televisión y las revistas; vergüenza y miedo de parecer una insaciable que pide demasiado, vergüenza y miedo de solicitar que le hagan algo que se le antoja, porque seguramente su pareja no quiere, o, escandalizado, le preguntará que quién le informó de semejante actividad, que dónde vio algo igual.

Necesitamos confiar en nosotras, en lo que somos capaces de dar. Necesitamos saber que no pasa nada si al otro no le gusta lo que a mí, lo que importa es que a mí me guste y luchar porque el otro aprenda a complacerme. Asimilar que en una relación somos dos y son tan importantes el uno como el otro. Mi abuelo decía: “No quiero una pareja que me vea hacia abajo ni una que yo tenga que mirar hacia arriba, quiero una pareja en donde los dos estemos al mismo nivel”.

La estabilidad emocional que nos da una buena relación de pareja nos permitirá disfrutar más de la vida y el sexo.

No todas las experiencias sexuales van a ser maravillosas. Algunas serán buenas y otras no tan buenas. Otras serán realmente fantásticas; sin embargo, todas enriquecen de alguna manera, pues nos dejan un poco de quien nos acompaña.

En este libro estás a punto de descubrir información que te ayudará a encontrar la libertad sexual de la que hablamos. Reconozco que, a veces, generalizo mucho; si lees algo que no te convence, deséchalo.

A través de los capítulos te mencionaré los mitos y falacias más comunes dentro de la sexualidad. Hablaremos de las zonas de mayor placer en el cuerpo y de cómo estimularlas; de la primera relación sexual y de cómo ésta puede ser lo más satisfactoria y amable posible. Compartiré contigo experiencias profesionales de mujeres que se dedican al sexo, desmitificaremos la masturbación femenina y enseñaremos cómo tener uno o varios orgasmos. Hablaremos del sexo oral, elegido por la mayoría de los hombres como el mejor de los placeres. Te compartiré las quejas de caracter sexual más comunes de los hombres. Mencionaré las posiciones sexuales frecuentes y la forma de incrementar el placer en cada una de ellas. Hablaremos de cómo las fantasías pueden ayudar a un buen orgasmo. Te mostraré las diferencias que hay a nivel erótico entre hombres y mujeres, y te enseñaré cómo manejarlas. Hablaré de cómo lograr tener inteligencia sexual, un término nuevo y muy atractivo.

Comentaré cómo mantener el interés constante y vivo de nuestra pareja; hablaré de las mujeres que no quieren nada de sexo y de las que lo quieren todo el día. Te enseñaré cómo ser sexy y sensual.

Hablaré de los motivos por los que las mujeres son infieles; también de cómo lograr ser una excelente amante. Por último, contestaré las preguntas más frecuentes en este terreno.

Acompáñame en este viaje y permíteme compartir todo lo que he aprendido de las experiencias de cientos de mujeres y hombres con los que he platicado y me han abierto su corazón.

En una relación de pareja creo que siempre hay posibilidades de negociar. Debemos aprender a comunicarnos, saber cuándo y cómo.

Cuida tu corazón y tu alma, conoce bien el terreno que pisas, a la persona que te acompaña, el ser que está a tu lado y que ha decido, en conciencia, estar ahí.

1 Mitos

 




Cuando cualquier aspecto de la condición humana se ve envuelto en la ignorancia y la superstición, aparecen mitos y falacias que oscurecen la verdad. Los mitos son creados para explicar lo inexplicable, y persisten debido a que preservan la tradición y protegen a la gente de la ansiedad y la inseguridad.

Debido a la expansión de los medios de información y de la disponibilidad de material sexual, la sociedad ha tenido la oportunidad de informarse y de eliminar mitos y obtener verdades. No obstante, constantemente se crean nuevos mitos.

Por ejemplo, hace algunos años se creía que las disfunciones sexuales no se podían resolver. En la actualidad, después de probar varios métodos, muchos se han ido al otro extremo, asegurando que las disfunciones sexuales se curan con facilidad por medio de trucos muy sencillos.

La sexualidad es parte de nuestra herencia. Sin embargo, no se accede a ella por medio de la enseñanza. La base de muchas de nuestras creencias sexuales, ya sean buenas o malas, procede de la educación que recibimos en etapas tempranas de nuestras vidas.

Una vez más, la educación honesta es la respuesta; informarnos, investigar y preguntar son algunas alternativas. Conforme vayamos eliminando mitos y falacias de nuestra cotidianeidad nos acercaremos a una sexualidad más plena, sana y satisfactoria.

Los mitos y tabúes sexuales nos han limitado por mucho tiempo: las falsas creencias al respecto, las anécdotas de nuestras amigas que nos llenan de envidia y desilusión, lo que los medios han impuesto como un fin y una manera de ser bellas por medio de la cirugía plástica, lo que los hombres han visto en la pornografía: el comportamiento adecuado de una mujer que está allí sólo para servirlo, y lo que está escrito en las revistas.

La mayoría de la información que se repite de boca en boca termina transformándose en leyes no escritas de la sexualidad.

Algunos de estos datos pueden tener cierta veracidad, otros parecen haber sido creados para la conveniencia de alguien, otros son absolutamente disparatados y hasta tenemos los que causan risa con sólo escucharlos.

Por medio de esta contaminación informativa se crean expectativas que ninguna pareja puede llegar a cumplir y eso causa frustración y malestar.

Vamos a revisar algunos tópicos.

LOS HOMBRES SIEMPRE QUIEREN

Sólo que sean máquinas, y no lo son. Las dificultades y peleas en pareja, la mala salud, el cansancio, el estrés, el exceso de alcohol, la llegada de los hijos y la monotonía sexual, entre otros factores, pueden inhibir el deseo.

LOS HOMBRES SIEMPRE PUEDEN

Hay momentos en que desean una erección y no la logran por muchos motivos: cansancio, ansiedad, angustia, depresión, etcétera.

Relájense, no los pongan más nerviosos, dejen pasar el momento, mañana será otro día.

Si conseguir una erección se convierte en un problema disfuncional, lo mejor es acudir con un médico urólogo

EL ORGASMO FEMENINO SE TIENE QUE OBTENER POR MEDIO DE LA PENETRACIÓN

Falso, el orgasmo puede conseguirse con y sin penetración. Si lo lograste por medio de la penetración qué bueno, y si fue con masturbación, igualmente bueno.

La mayoría de las mujeres no logran un orgasmo vaginal pero sí clitorial, y no es mejor uno que otro. Son diferentes. Cada mujer buscará lo que es más placentero para ella.

El verdadero mito es la multiplicidad de tipos de orgasmo en la mujer. Lo comprobado es que el orgasmo femenino es básicamente clitoriano, y que es por medio de enervaciones nerviosas del clítoris cuando se irradian sensaciones placenteras hacia otras zonas, como la vagina.

LAS RELACIONES SEXUALES TIENEN QUE DURAR MÍNIMO 30 MINUTOS

Las películas y relatos eróticos nos cuentan que las parejas hacen el amor toda la noche; cuánto daño nos han hecho al difundir esa falsa información, ya que frustran los pocos minutos que nosotros invertimos en la cama.

Los investigadores de la Escuela de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad del estado de Pennsylvania, pidieron a medio centenar de terapeutas sexuales de Canadá y Estados Unidos que, sobre la base de su experiencia con pacientes, indicaran cuál era la duración de un acto sexual “adecuado”, “deseable”, “demasiado breve” y “demasiado prolongado”. Los resultados: de 1 a 2 minutos, “demasiado breve”; de 7 a 7 minutos, “adecuado”; de 7 a 13 minutos, “deseable” y, de 10 a 30 minutos, “demasiado prolongado”. Sin embargo, ese lapso no incluye la estimulación erótica previa al acto sexual. Estos resultados sugieren que el terapeuta promedio cree que el acto sexual que dura entre 3 y 13 minutos es la norma.

El doctor Irwin Goldstein, editor de la revista Journal of Sexual Medicine, mencionó un estudio de cuatro semanas, realizado a 1,500 parejas, en el 2005, según el cual, el tiempo medio del coito fue de 7.3 minutos.

LAS MUJERES SÓLO QUIEREN JUEGO PRESEXUAL, NO LES IMPORTA TANTO EL ORGASMO

Tampoco, tampoco. Sí deseamos el juego presexual, las caricias y los besos pero también queremos, al final, un buen orgasmo.

LA MUJER DEBE TENER VARIOS ORGASMOS, YA QUE ES MULTIORGÁSMICA

Sí tenemos la capacidad de ser multiorgásmicas, pero con dificultad a veces conseguimos uno como para exigirnos la multiorgasmia. No es una competencia, cada mujer, en cada ocasión, decidirá si está satisfecha o quiere más.

EL ORGASMO ES INDISPENSABLE PARA UNA BUENA RELACIÓN SEXUAL

A veces, hay mujeres que sólo quieren complacer a su pareja y no están concentradas en su orgasmo; no lo desean y no lo buscan, y no por ello la relación es mala.

No todas las relaciones sexuales van a ser de 10, habrá algunas de menor calidad; pero, finalmente, son un acto de amor, de placer y de entrega.

UNA BUENA PAREJA ES AQUELLA QUE LOGRA EL ORGASMO SIMULTÁNEO

Si eso fuese cierto, entonces tendríamos que aceptar que la mayoría somos malas parejas. El orgasmo simultáneo es cuestión de suerte; sí llega a suceder, sobre todo cuando la pareja se excita sobremanera al escuchar que el otro está a punto de llegar al orgasmo, entonces surge la comunión. Para lograrlo, tenemos que tener control sobre nuestro orgasmo, frenar y esperar al otro. O esperar que la suerte nos acompañe. La idea es que ambos sintamos placer, no importa en qué momento de la relación sexual.

SI ÉL ES UN BUEN AMANTE, DEBE DARME UN ORGASMO

Él no te da nada. La responsabilidad del orgasmo es de aquel que lo trabaja. Aunque fuera el mejor amante del mundo, si tú no quieres, si tú no sabes cómo, si estás distraída, no lograrás tener un orgasmo. Cuando una mujer se conoce y sabe cómo tener un orgasmo, comparte esta información con su pareja y juntos trabajan para lograrlo.

LA MASTURBACIÓN PRODUCE DAÑOS FÍSICOS Y PSÍQUICOS

No en el hombre y tampoco en la mujer, es una mentira, no es cierto: no se acaban los espermas ni provoca locura, es una forma de conocer tú cuerpo y aprender a disfrutarlo.

EL HOMBRE ES EL QUE SABE TODO SOBRE EL SEXO

Esta creencia proviene de muchos años atrás y, aunque los paradigmas al respecto han cambiado, se sigue dando por sentado que las pautas de una relación sexual deben ser marcadas por el hombre.

Se espera que el hombre, debido a su gran experiencia, conozca todos los secretos del sexo.

Aún hoy, las mujeres piensan que los hombres saben más que ellas y que son los responsables de si el sexo fue bueno o malo durante la relación.

Los hombres no lo saben todo y necesitan que su pareja los guíe.

EYACULANDO FUERA DE LA VAGINA NO HAY RIESGOS DE EMBARAZO NI CONTAGIO SEXUAL

Durante la relación sexual el pene puede arrojar antes de la eyaculación gotas de semen que contienen espermatozoides; los cuales tienen las mismas posibilidades de llegar al óvulo y fecundarlo que los expulsados durante la eyaculación. Asimismo, esas gotas de semen tienen la capacidad, como el propio lubricante vaginal natural, de transmitir enfermedades venéreas.

Usar esa técnica como método anticonceptivo es altamente insegura.

SI NO TIENE UNA ERECCIÓN, COMPRA UN MEDICAMENTO Y PROBLEMA ARREGLADO

En el 80% de los casos de disfunción eréctil, la causa es física, por lo que es importante, antes de auto recetarse, es ir con un urólogo que descarte problemas de diabetes, colesterol, cardiopatías, hipertensión, etcétera. Lo que hace el medicamento es tapar un problema que es importante resolver con detenimiento.

LOS MITOS MÁS EXTREMOS QUE HE OÍDO:

“Si no tuviste un orgasmo antes de tu primera relación sexual, nunca podrás tenerlo.”

Si esto fuera cierto, habría millones de mujeres sin orgasmo. Nada tiene que ver, cada uno a su tiempo.

“El hombre es un animal, por lo que no puede controlar la infidelidad”.

Si es así, que lo encierren en una jaula del zoológico. Es un ser humano y tiene conciencia; hombres y mujeres podemos resistir al deseo. ¿Será que la infidelidad nunca se le antoja a nadie?

“Si te lavas la vagina con bicarbonato después de hacer el amor, eliminas todo esperma fértil.”

Qué brutos los laboratorios que no escucharon este consejo sabio de la amiga de mi amiga, han gastado miles de dólares buscando métodos anticonceptivos cuando el bicarbonato es la solución. Totalmente falso. El bicarbonato en la vagina no es un método anticonceptivo.

“Para que la mujer se embarace es necesario que hombre y mujer alcancen el orgasmo a la vez.”

Si esto fuera cierto habría muy pocas personas poblando la tierra.

“Tener relaciones de pie evita el embarazo por la gravedad.”

Totalmente falso, la movilidad y velocidad de los espermas no respetan la gravedad.

“Es difícil que una mujer se embarace la primera vez que tiene relaciones sexuales.”

Realmente no es nada difícil. De hecho, es algo que ocurre con mucha frecuencia. Biológicamente, no existe ninguna traba para ello; es más, la mujer, al sentir los nervios de su primera relación sexual, puede adelantar la ovulación y facilitar así la concepción.

“Si no se tiene penetración no hay posibilidad de contagio de una enfermedad de transmisión sexual.”

Algunas enfermedades son transmitidas vía cutánea, por lo que únicamente el contacto de piel con piel puede contagiar (herpes).

Algunos virus y bacterias se encuentran en la secreción vaginal y en el semen, por lo que, si éstos entran en contacto con la boca o el ano, también puede haber contagio.

“Cuando tienes tu primera relación sexual se te nota físicamente.”

No hay forma de que se note; no se les ensanchan las caderas, ni brillan más los ojos, ni les sale acné, ni caminan más seguras. Puede ser que se tenga una actitud diferente o que estén más contentas o más tristes pero, físicamente, no hay diferencia.