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Introducción. Los derechos humanos en el Antropoceno: nuevas prácticas y narrativas sobre derechos humanos y medio ambiente desde el Sur Global (César Rodríguez Garavito)

PARTE I. Estudios

1. El papel de los financiadores en la promoción de la (in)justicia ambiental. Un estudio de caso del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social y el financiamiento a la Central Hidroeléctrica de Belo Monte (Caio Borges, Brasil)

2. Prácticas de relación. La Consulta Comunitaria de Buena Fe en Pacto y la historia de un conflicto minero en los bosques nublados de Ecuador (Gabriela León Cobo, Ecuador)

3. En contra del “desarrollo”. La lucha de los pueblos indígenas de Mindanao por el progreso autodeterminado (Mary Louise Dumas, Filipinas)

4. Salvando a Lamu (Sylvia Kithinji, Kenia)

5. La resistencia de los apicultores mayas contra la soja transgénica de Monsanto (Karen Hudlet, México)

6. Del amor, el privilegio y la autonomía (Arjun Kapoor, India)

7. Manchas de oro. Una historia de violaciones de derechos humanos en la industria minera de Ghana (Richard Ellimah, Ghana)

8. Garrote y Venice. Desarrollo, hábitat digno y derechos humanos en la Argentina (Pétalla Brandão Timo, Brasil-Argentina)

9. Perdidos en la traducción. Hacia un derecho ambiental al conocimiento para todos (Margaretha Quina, Indonesia)

10. En las márgenes del río, al margen de las instituciones. Los pueblos del Xingu y la hidroeléctrica de Belo Monte, Brasil (Rodrigo Oliveira, Brasil)

11. El ambientalismo y la jungla urbana. Derechos en conflicto y visiones contradictorias (Darshana Mitra, India)

12. Agroquímicos. Incertidumbre en un diálogo entre política, derecho y sociedad (Yamile Eugenia Najle, Argentina)

PARTE II. Comentarios

13. Los rostros e historias cambiantes de la justicia ambiental (Eliana Kaimowitz)

14. Contra la corriente. Algunos desafíos para los jóvenes defensores de derechos humanos en el Sur Global (Felício Pontes Jr.)

15. Comprender, luchar y transformar el mundo (Felipe Milanez)

Acerca de los autores

César Rodríguez Garavito

coordinador

Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad
(Dejusticia)

POR UN MEDIO AMBIENTE SANO

que promueva los derechos humanos en el Sur Global

Rodríguez Garavito, César

© 2017, Siglo Veintiuno Editores Argentina S.A.

Introducción

Los derechos humanos en el Antropoceno: nuevas prácticas y narrativas sobre derechos humanos y medio ambiente desde el Sur Global

César Rodríguez Garavito

En 2009, la Comisión Internacional de Estratigrafía designó a treinta y cinco expertos de todo el mundo para determinar si hemos entrado en una nueva época geológica. La pregunta era si el Holoceno, que comenzó 11.700 años atrás, fue reemplazado por el Antropoceno, la primera época marcada por los cambios profundos sobre la Tierra causados por una sola especie, los humanos.

Tras múltiples estudios y deliberaciones, en 2016 los científicos llegaron a una conclusión casi unánime: en efecto, estamos creando (y destruyendo) un planeta a nuestra imagen y semejanza. Recomendaron a la Comisión declarar la existencia de la nueva época y fijar sus orígenes en los años cincuenta del siglo pasado. Los expertos estiman que los rastros del plástico –en las rocas, en los mares, en los estómagos de los peces y las aves– probablemente serán la huella más visible que dejaremos para la posteridad. En los fósiles del Antropoceno, los científicos del futuro no encontrarán residuos de nuestros libros, nuestras viviendas o nuestros monumentos, sino pedazos de botellas de agua, tapas de recipientes y jirones de bolsas de supermercado.

Para los estudiosos y practicantes de los derechos humanos, el Antropoceno plantea desafíos sin precedentes. La extrema degradación ambiental (cambio climático, escasez de agua, extinción rápida de especies y bosques, contaminación descontrolada) se convirtió en una de las amenazas más graves para los derechos humanos. Después de todo, estos no tienen mucho sentido si lo que está en peligro es la vida sobre el planeta.

Nuestros tiempos son la antesala de la posible sexta gran extinción, la de miles de especies a causa del cambio climático, la de los corales que se están convirtiendo en esponjas inertes por la acidificación de los océanos, o los anfibios que sucumben alrededor del globo. Sería el primer cataclismo provocado por una especie viviente, comparable al del meteorito que generó la quinta extinción y liquidó la era de los dinosaurios (Kolbert, 2015).

Para que no nos ocurra como a los dinosaurios, sorprendidos por el meteorito, la nueva generación de académicos y activistas de derechos humanos, a la que pertenecen los autores de los capítulos de este libro, tendrá que desarrollar formas jurídicas, políticas, investigativas y narrativas que enfrenten los desafíos del Antropoceno y profundicen las conexiones entre los derechos humanos y la justicia ambiental.

Para ello, pueden tomar como partida innovaciones promisorias que están en curso. En cuanto a las estrategias jurídicas y políticas, el sistema internacional de los derechos humanos está acercándose cada vez más al reconocimiento de un derecho al medio ambiente sano. Al menos desde la Declaración de Estocolmo de 1972 de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente, la sociedad civil y los actores estatales han invocado ese derecho, aunque no se haya incorporado formalmente en un instrumento jurídico internacional. A medida que dicho derecho se fue incorporando en las diversas constituciones, se convirtió en un componente estándar de las cartas de derechos, las políticas públicas y el litigio en más de la mitad de los países del mundo (Boyd, 2012). Y gracias a los informes y recomendaciones recientes de John Knox, el relator especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente, su estatus internacional es cada vez más reconocido (Knox y Pejan, 2017).

Invocar un derecho al medio ambiente sano implica hacer una afirmación fuerte sobre la importancia central de un ambiente adecuado para una vida digna (Rodríguez Garavito, 2017). Además de su papel esencial en el disfrute de otros derechos humanos, el derecho al medio ambiente sano tiene un significado ético intrínseco. Protege específicamente las condiciones básicas para la existencia individual y comunitaria que cada vez se encuentran más amenazadas por el estrés ecológico: la relación de los seres humanos con el entorno en que han vivido, la posibilidad de permanecer en su hábitat y desarrollar una relación sostenible con la naturaleza, los derechos de las generaciones futuras a disfrutar de un planeta habitable, e incluso el reconocimiento potencial de ciertos derechos a animales no humanos y entidades naturales. Esta aproximación moral y jurídica también implica darle una consideración especial al derecho ambiente sano en casos y situaciones concretas en que las reivindicaciones basadas en otras aproximaciones morales y económicas pueden apuntar en la dirección contraria (por ejemplo, argumentos utilitarios sobre la prioridad del crecimiento económico a corto plazo).

La afirmación del derecho al medio ambiente sano tiene dos efectos. Desde un punto de vista moral y jurídico, actualiza el enfoque de derechos humanos a las condiciones del Antropoceno. Desde una perspectiva política, se suma a la “política de la nueva Tierra” (New Earth politics), el conjunto de discursos y estrategias de movilización colectiva en las escalas local, nacional y global basados en la idea de que “los seres y las prácticas humanas están imbricadas profundamente en flujos y procesos naturales” y en “una ciencia de los sistemas de la Tierra que resalta la profunda conexión material entre los seres humanos, independientemente de las fronteras dibujadas por los estados sobre esa Tierra” (Deudney y Mendenhall, 2016: 54). El futuro de las prácticas y las teorías de los derechos humanos, por tanto, dependerá de la conexión que puedan establecer con formas de biopolítica que conciben el planeta como una totalidad –como “una red global de vida”, en las palabras pioneras de Alexander von Humboldt (Wulf, 2016)– y se oponen a los populismos nacionalistas que vienen erosionando tanto los derechos humanos como el medio ambiente, desde la India hasta los Estados Unidos, desde Ecuador hasta Filipinas.

Durante décadas, los activistas ambientales han usado el lenguaje de los derechos humanos. Basta recordar a Chico Mendes en Brasil, Ken Saro-Wiwa en Nigeria y los miembros de Greenpeace en todo el mundo. El entrelazamiento entre ambiente y derechos es aún más cercano en movimientos contemporáneos como los analizados en estas páginas: los pueblos indígenas que vinculan su lucha por los derechos culturales con la movilización contra el cambio climático en la Amazonía brasileña o en la provincia de Mindanao en Filipinas; los campesinos que se resisten a la agricultura industrial y a la minería en Ghana, Ecuador o México; los jóvenes activistas urbanos en la India o Buenos Aires.

Narrativas anfibias sobre los derechos humanos en el Antropoceno

La complejidad del Antropoceno desafía nuestro entendimiento y nuestra imaginación. “Si se puede decir que el Antropoceno ‘tiene lugar’, lo tiene en espacios a escalas inmensas y en vastas duraciones de tiempo –escribió Macfarlane (2016)–. Involucra millones de agentes interconectados, desde moléculas de metano hasta metales de tierras raras, campos magnéticos, teléfonos inteligentes y mosquitos.”

De ahí que el Antropoceno precise no sólo nuevas formas de teoría y práctica, sino también de escritura que se adapten a la estructura descentralizada de la época. Tal como lo han venido haciendo los periodistas narrativos (Kolbert, 2015; Vince, 2015), los estudiosos y practicantes de derechos humanos deben tejer las conexiones globales de los casos locales para detectar causas, consecuencias y respuestas a las acciones que afectan los derechos humanos y el medio ambiente.

Este libro y la iniciativa de Dejusticia que lo originó buscan promover este tipo de narrativas. Para ello, propone un nuevo tipo de acercamiento a los derechos humanos que se caracteriza por tres rasgos. En primer lugar, se trata de una escritura reflexiva, cuyos autores son los propios activistas que trabajan directamente en las organizaciones y en el terreno, y se detienen a pensar sobre el potencial, los logros y los desafíos de su conocimiento y su práctica.

En este sentido, el libro y el proyecto de Dejusticia que describiré buscan amplificar la voz de los defensores de derechos humanos en las discusiones académicas y prácticas sobre el futuro del campo, que tienden a estar dominadas por investigaciones hechas desde la academia. En el espíritu del tipo de investigación-acción –que en otro lugar he llamado “investigación anfibia” (Rodríguez Garavito, 2013)–, los textos combinan las fortalezas metodológicas y analíticas de la investigación académica con la experiencia práctica de los autores y las organizaciones y comunidades con las que trabajan. El objetivo es promover un nuevo género híbrido que resulte tan robusto como relevante, y que contribuya a mantener y ampliar la ventana de reflexividad y de discusión dentro del campo de los derechos humanos y su conexión con la justicia ambiental.

Un segundo componente del género que se propone en esta obra es la escritura narrativa. En parte por el dominio desmedido del lenguaje y el conocimiento jurídicos en el mundo de los derechos humanos, la escritura que predomina es propia de informes técnicos y alegatos legales. Si bien ha obtenido logros notables durante décadas, este género les impidió a las organizaciones y a los activistas compartir y comunicar de manera eficaz las historias que viven o conocen de primera mano: las de las víctimas, las campañas, los dilemas morales, las injusticias, las victorias, etc. Abrir el campo de los derechos humanos y la justicia ambiental a otros actores, saberes y audiencias implica contar estas historias, y contarlas bien. Para ello, los autores de los capítulos de este volumen se involucran en las historias, con la ayuda de técnicas tomadas de campos como el periodismo narrativo (Rodríguez Garavito, 2013).

En tercer lugar, las historias provienen del Sur Global, desde los países y las regiones que han sido más objeto que sujeto del conocimiento y las decisiones en los campos de los derechos humanos y la justicia ambiental. En este sentido, intentan responder a los desafíos de un mundo más multipolar, a fin de contrarrestar las asimetrías organizativas, económicas y epistemológicas entre el Sur y el Norte que le restaron eficacia y legitimidad al movimiento global de derechos humanos. Los autores y autoras de los estudios son activistas-investigadores de África, América Latina, Medio Oriente y Sur o Sureste Asiático que pertenecen a organizaciones de derechos humanos y escriben desde esa perspectiva geográfica y profesional para enriquecer el diálogo global sobre el futuro del campo.

El origen y la estructura de esta obra

El presente libro forma parte de un proyecto de largo plazo, emprendido por Dejusticia como parte de su trabajo internacional. El proyecto gira en torno a un Taller Global de Investigación-Acción para Defensores Jóvenes de Derechos Humanos, que Dejusticia organiza cada año para contribuir a entrenar y conectar entre sí a los integrantes de una nueva generación de investigadores-actores.

El taller desarrolla herramientas de investigación-acción, es decir, la combinación de investigación rigurosa e incidencia práctica en causas de justicia social. Durante diez días, Dejusticia reúne en Colombia a unos quince participantes y diez instructores expertos que dirigen talleres prácticos e interactivos sobre investigación, escritura narrativa, comunicación multimedia y reflexión estratégica acerca del futuro de los derechos humanos. El propósito es fortalecer la capacidad de los participantes para producir textos en estilos híbridos, que sean tanto rigurosos como atractivos para audiencias amplias. Los participantes son escogidos a partir de una propuesta de texto que se discute durante el taller y se desarrolla con la ayuda de un mentor experto durante los diez meses posteriores al evento, hasta llegar a versiones finales y publicables como las que integran este volumen.

El taller también ofrece herramientas para aprovechar las nuevas tecnologías y traducir los resultados de las investigaciones y el activismo a formatos diversos, desde blogs, videos y multimedia hasta mensajes por redes sociales y artículos académicos. Por eso, además de los libros anuales que compilan los escritos de los participantes y las reflexiones de los instructores, el resultado del taller es un blog en español e inglés que publica semanalmente una entrada de uno de los egresados, escrita en el mismo género explicado antes. El título del blog, “Relatos anfibios: historias de derechos humanos desde el Sur Global”, se debe a que la investigación-acción es un trabajo “anfibio”, en cuanto sus practicantes se mueven entre diferentes ambientes y mundos, desde círculos académicos y políticos, hasta comunidades locales, medios de comunicación y organizaciones estatales. Para quienes se dedican a la promoción de los derechos humanos, esto implica, a menudo, transitar dichos mundos tanto en el Norte como en el Sur Global.

Cada año, el taller se ocupa de un asunto de actualidad práctica. En 2014, el tema fueron las intersecciones entre los derechos humanos y la justicia ambiental que bosquejé al comienzo de esta introducción. Además de darles coherencia al libro y al grupo de participantes, la temática escogida determina en qué locación de Colombia se llevará a cabo el taller, ya que este no tiene lugar en un salón de clase o en oficinas convencionales, sino en medio de visitas de campo a comunidades y sitios donde ocurren las historias relevantes para el tema de que se trate. En 2014, por ejemplo, el taller recorrió la triple frontera amazónica entre Colombia, Brasil y Perú, donde se juega parte del futuro del pulmón del mundo.

La estructura de este volumen refleja la del taller. La sección central del libro está compuesta por estudios sobre las imbricaciones mutuas entre los derechos humanos y la justicia ambiental en países del Sur Global, de la India a Brasil, de Filipinas a Ecuador, de Indonesia a la Argentina, de Ghana a México. Fiel al espíritu y la estructura del taller anual, la última parte del libro recoge las reflexiones de varios de los instructores que dirigieron las sesiones y trabajaron como mentores de los participantes durante el proceso de escritura.

Agradecimientos

Una iniciativa de largo aliento como esta requiere no sólo un trabajo colectivo, sino el de toda una organización. Este texto y la apuesta de largo plazo que representa es un esfuerzo institucional de Dejusticia, que involucra, de una u otra forma, a todos sus integrantes. Por el apoyo incondicional que le dieron a este proyecto, y por encarnar en su labor diaria el híbrido de investigación y acción, muchas gracias a todos ellos y ellas.

La deuda es particularmente grande con los colegas y amigos que fueron coartífices del taller de 2013 y del proceso de publicación. En primer lugar, quisiera agradecer a Meghan Morris, investigadora senior de Dejusticia, por haber creído en la idea del taller cuando era apenas eso y por haber volcado su talento, generosidad y compromiso hacia la tarea de volver realidad tanto el taller como este libro y el blog. Eliana Kaimowitz fue la facilitadora insuperable del taller. Nelson Fredy Padilla, Meghan Morris, Coimbra Sirica, Jack Sirica, Diana Rodríguez, Eliana Kaimowitz, Claret Vargas y Tatiana Andia cumplieron ejemplarmente su labor de mentores en el proceso de escritura de los capítulos.

Por último, cualquier proyecto de esta naturaleza requiere de un apoyo logístico considerable, que William Morales asumió con su mezcla única de eficiencia, solidaridad y jovialidad. Durante el taller, fueron esenciales los aportes de sus instructores, varios de los cuales continuaron como mentores de los participantes durante el proceso de escritura. Por ello reconozco agradecido el aporte de Carlos Andrés Baquero, Diana Rodríguez, Tatiana Andia, Felício Pontes, Felipe Milanez, Rodrigo Uprimny, Nelson Fredy Padilla, Lily La Torre López, Boaventura de Sousa Santos, Coimbra Sirica, Jack Sirica, Martín von Hildebrand y Purabi Bose.

En la fase de publicación, cinco colegas resultaron fundamentales. Morgan Stoffregen y Sebastián Villamizar fueron mucho más allá de sus deberes de traductores, y se convirtieron en aliados que nunca cesaron de corregir errores, formular alternativas e ideas, y asegurarse de que un manuscrito polifónico se convirtiera en un todo coherente y legible. Desde la coordinación de publicaciones de Dejusticia, Elvia Sáenz acompañó todo el proceso con tanto rigor como creatividad. En este libro así como en otros de la serie del taller global, la alianza con Siglo XXI Editores de Argentina ha sido tan fructífera como estimulante. Desde nuestra primera colaboración, Carlos Díaz, director de Siglo XXI, ha sido un interlocutor y un cocreador ideal, que ha alentado solidariamente y alimentado lúcidamente el experimento y la apuesta que implican este proyecto. Federico Rubi acompañó todo el proceso con profesionalismo y amabilidad. A los dos, mil gracias. Tanto el programa internacional de Dejusticia como el taller y el libro fueron posibles gracias al apoyo generoso y decidido de la Fundación Ford. Louis Bickford y Martín Abregú han sido contrapartes fundamentales en estos esfuerzos; más allá del respaldo financiero, han sido interlocutores a la vez solidarios e independientes de nuestras ideas e iniciativas, por lo cual les estamos muy agradecidos.

Quiero terminar con un reconocimiento de la que sea quizá la deuda más grande para con los autores de los capítulos de este volumen. Tanto en el taller como después de él, creyeron con entusiasmo en la apuesta por la investigación-acción que les propuso Dejusticia y sacaron tiempo en medio de los afanes de la defensa de los derechos humanos para reflexionar, escribir, corregir y volver a escribir. Si el espacio que creamos para ellos y ellas les resulta útil para aportar a un movimiento de derechos humanos más eficaz, horizontal y creativo, este esfuerzo habrá valido la pena.

Referencias

Boyd, D. (2012), The Environmental Rights Revolution, Vancouver, UBC Press.

Deudney, D. y E. Mendenhall (2016), “Green Earth: The Emergence of Planetary Civilization”, en S. Nicholson y S. Jinnah (eds.), New Earth Politics: Essays from the Anthropocene, Cambridge, MIT Press.

Kolbert, E. (2015), The Sixth Extinction: An Unnatural History, Nueva York, Picador.

Knox, J. y R. Pejan (eds.) (2017), The Human Right to a Healthy Environment, Cambridge, Cambridge University Press.

Macfarlane, R. (2016), “Generation Anthropocene: How Human Beings Have Altered the Planet Forever”, The Guardian, 1º de abril.

Rodríguez Garavito, C. (2013), Investigación anfibia: La investigación-acción en un mundo multimedia, Bogotá, Dejusticia.

— (2017), “A Human Right to a Healthy Environment? Moral, Legal and Empirical Considerations”, en J. Knox y R. Pejan (eds.), The Human Right to a Healthy Environment, Cambridge, Cambridge University Press.

Vince, G. (2015), Adventures in the Anthropocene, Londres, Milkweed.

Wulf, A. (2016), La invención de la naturaleza: El nuevo mundo de Alexander von Humboldt, Madrid, Taurus.

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