cvr

MANUAL DE HOMILÉTICA HISPANA

Teoría y práctica desde la diáspora

PABLO A. JIMÉNEZ

Y

JUSTO L.GONZÁLEZ

Editorial CLIE

C/ Ferrocarril, 8

08232 VILADECAVALLS (Barcelona) ESPAÑA

E-mail: clie@clie.es

Internet: http://www.clie.es

MANUAL DE HOMILÉTICA HISPANA

Teoría y práctica desde la diáspora

© 2006 por los autores Pablo A. Jiménez y Justo L. González

© 2006 por Editorial CLIE para la edición en español

Publicado con la colaboración de la

DIVISIÓN DE INVESTIGACIÓN DE LA FUNDACIÓN UNIVERSITARIA SEMINARIO BÍBLICO DE COLOMBIA

Todos los derechos reservados

ISBN: 978-84-8267-484-1

eISBN: 978-84-8267-671-5

Contenido

Presentación

1.Introducción

Pablo A. Jiménez

Primera parte: En torno al púlpito

2.Esbozo histórico de la homilética hispana

Pablo A. Jiménez

3.La teología y el púlpito hispano

Justo L. González

4.La Biblia y el púlpito hispano

Pablo A. Jiménez

5.La acción de predicar

Justo L. González

Segunda parte: En el púlpito

6.La ilusión del honor

Pablo A. Jiménez

7.Una iglesia, una visión, una misión

Pablo A. Jiménez

8.Poder para salvación

Pablo A. Jiménez

9.¡Sí se puede!

Justo L. González

10. La higuera en la viña

Justo L. González

11. Levantemos nuestro monumento

Justo L. González

12. Bibliografía sobre predicación hispanoamericana

compilada por Pablo A. Jiménez

Presentación

El libro que ahora publicamos resume las reflexiones de sus autores acerca de la predicación hispana en los Estados Unidos, a través de largos años de experiencia practicándola y escuchándola. Ciertamente, no pretendemos hablar por los miles de predicadores hispanos en ese país. Pero sí intentamos dar a conocer nuestras reflexiones y experiencias, tanto a esos pastores y pastoras, como al resto de la iglesia hispanoparlante.

Desde tiempos antiquísimos, la exposición de la Palabra ha sido un elemento fundamental del culto cristiano. A través de las edades, y en circunstancias siempre cambiantes, esa predicación ha ido tomando formas distintas. Si bien esas formas históricas no resultan siempre aplicables en situaciones contemporáneas, su estudio enriquece nuestra comprensión y nuestra práctica de la homilética. De igual modo, sin pretender que lo que aquí decimos sea aplicable en otros contextos, sí estamos convencidos de que su estudio puede enriquecer la práctica homilética en otros lugares.

Es así que lanzamos este libro al mundo: con la esperanza y la oración de que lo que aquí decimos, aunque refleje circunstancias particulares, les sea útil a quienes en diversos lugares y circunstancias llevan la enorme responsabilidad y el gran honor de ser expositores de la Palabra. Si así aconteciese con uno solo de nuestros lectores, daremos nuestra labor por bien compensada.

Justo L. González

Pablo A. Jiménez

Introducción

La comunidad hispana es el segmento de mayor crecimiento de la población estadounidense. Según los estimados de la Oficina del Censo, casi 40 millones de personas latinas viven permanentemente en los Estados Unidos. Lo que es más, dicha Oficina estima que durante las próximas décadas la población hispana sobrepasará las 50 millones de personas. Ya es el grupo minoritario más grande en los Estados Unidos, pues su número excede el de las personas de ascendencia afroamericana en todas las regiones del país.

La mayor parte de las personas de ascendencia hispanoamericana que viven en territorio estadounidense no se llaman a sí mismas «hispanas». Por el contrario, se identifican por su país de origen como cubanas, puertorriqueñas, o méxicoamericanas, etc.1 El término «Hispanic» fue seleccionado por la Oficina del Censo para referirse a las personas de trasfondo hispanoamericano. En este sentido, es un término impuesto por el gobierno. En respuesta a esta imposición, algunos grupos prefieren usar los términos «latino» y «latina». Con el tiempo, las palabras «hispano», «hispana», «latino» y «latina» se han convertido en términos técnicos que se emplean como sinónimos: describen a aquellas personas cuyo trasfondo étnico es hispanoamericano, pero que por alguna razón viven permanentemente en los Estados Unidos de América.

Al igual que otros grupos minoritarios, el pueblo latino es muy religioso. Mientras la mayor parte de las denominaciones que sirven a la población de ascendencia inglesa y europea están declinando, las congregaciones hispanas van en aumento, tanto en número como en feligresía. Este es un fenómeno que trasciende las fronteras geográficas y denominaciones, ya que las congregaciones hispanas están creciendo tanto entre católicos como entre protestantes y pentecostales.

A la par de la iglesia hispana, también crece el grupo de teólogos y teólogas que están colaborando en el desarrollo de la teología hispana. Este movimiento, nacido a finales de la década de los 1970s, está haciendo importantes contribuciones al pensamiento religioso estadounidense por medio de sus publicaciones y de las organizaciones creadas para promover la educación teológica del pueblo hispano.2

El número de libros escritos desde una perspectiva teológica hispana también está creciendo de manera vertiginosa. Al momento de escribir este libro, en los Estados Unidos existen dos revistas teológicas dedicadas al pensamiento hispano: Apuntes: Reflexiones desde el margen hispano, publicada por el programa México-Americano de Perkins School of Theology desde el 1981; y el Journal for Latino/Hispanic Theology, publicado por Association of Catholic Hispanic Theologians (ACHTUS) desde 1993. También hay un creciente número de publicaciones, en ingles y en español, que tratan una variedad de temas bíblicos, teológicos y éticos desde perspectivas hispanas.3 Como es de esperar, las primeras publicaciones prestaron atención a los temas teológicos tradicionales. Recientemente, el foco se ha expandido para incluir temas relacionados con la teología pastoral y el adiestramiento ministerial.4

El propósito de este libro es, precisamente, explorar un área de la teología pastoral: la predicación. Este manual busca ofrecer una introducción al campo de la homilética hispana. En búsqueda de este propósito, el libro trata de encarnar algunas de las características principales del pensamiento teológico que latinos y latinas están desarrollando en los Estados Unidos: Primeramente, el libro ha sido escrito «en conjunto» por dos autores comprometidos con la comunidad hispana. Jiménez escribió el segundo y el cuarto capítulo mientras González escribió el tercero y el quinto. Ambos autores colaboraron en la edición del libro, leyendo, releyendo y comentando el escrito. En segundo lugar, el libro combina la teoría y la práctica, pues incluye una colección de sermones que ejemplifican los principios discutidos en la parte teórica. Cada autor aporta tres sermones a este tomo, sermones que han sido predicados en congregaciones hispanas en distintas partes de los Estados Unidos. En tercer lugar, el libro refleja el énfasis intergeneracional e interdenominacional que caracteriza a la teología hispana. Finalmente, aunque el foco del libro es la comunidad hispana en los Estados Unidos, aspira a hacer una contribución importante al estudio de la predicación que pueda ser útil para las iglesias en todos los países de habla hispana.

Como mencionamos anteriormente, el libro se divide en dos secciones. La primera, que comienza después de esta introducción, se titula «En torno al púlpito», y contiene cuatro capítulos que discuten diversos aspectos de la teoría homilética. El segundo capítulo describe el desarrollo de la teoría homilética hispana, ofreciendo un breve análisis histórico. El tercero discute el impacto de varios temas teológicos y culturales en el púlpito hispano. El cuarto trata sobre la hermenéutica hispana, ofreciendo un breve análisis del encuentro de Jesús con Marta y María (Lc. 10:38-42). El quinto y último capítulo de la sección explora la presentación del sermón desde una perspectiva hispana.

La segunda sección, titulada «En el púlpito», contiene seis sermones, tres de cada autor. Primero, Jiménez aporta La ilusión del honor, un sermón predicado en un servicio memorial donde se recordó a tres miembros de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en los Estados Unidos y el Canadá que murieron en los ataques que se llevaron a cabo el 11 de septiembre del 2001 contra las torres gemelas en Nueva York. El segundo, titulado Una iglesia, una visión, una misión, fue predicado en una asamblea denominacional de la Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo) en Puerto Rico. El tercero, Poder para salvación, es un sermón bilingüe predicado durante el servicio que conmemoró el aniversario 104 de la Iglesia Cristiana Mexicana (Discípulos de Cristo) en San Antonio, Texas.

Por su parte, González también aporta tres sermones. El primero, ¡Sí se puede! fue predicado cuando se preparaba el «Plan Nacional de Ministerios Hispanos», en el que la Iglesia Metodista Unida en los Estados Unidos se comprometió seriamente a tales ministerios. El segundo, La higuera en la viña, fue predicado en una iglesia en la que el «evangelio de la prosperidad» estaba infiltrándose. El tercero, Levantemos nuestro monumento, fue el mensaje inicial en la asamblea constituyente de la Alianza de Ministerios Hispanos, llevada a cabo en Los Angeles en 1994.

Debemos indicar que este manual no toca el tema del diseño básico del sermón. Para estudiar este y otros temas introductorios, puede consultar el libro de Pablo A. Jiménez titulado Principios de predicación.5 Además, puede consultar www.predicar.org, un portal electrónico dirigido por Jiménez que provee recursos para el púlpito cristiano.

Ofrecemos estos comentarios y reflexiones con la esperanza de que puedan informar a la iglesia hispanoparlante en ambos hemisferios sobre el estado de la predicación en las comunidades hispanas que viven en los Estados Unidos. Esperamos que este estudio avance la discusión del tema, invitando a nuestros lectores y lectoras a continuar estudiando y practicando el arte cristiano de la predicación.

Image

1 Se estima que dos terceras partes de la población hispana es de trasfondo mexicano. La octava parte es puertorriqueña. La población de ascendencia cubana suma casi 2 millones de personas. El resto viene de diversas partes de América Latina, en especial de la República Dominicana, Centro América y Colombia. Para una explicación más detallada véase González, Hispanics, pp. 10-11.

2 Algunas de estas organizaciones son: The Academy of Catholic Hispanic Theologians (ACHTUS); El Programa Hispano de Verano (mejor conocido por sus siglas en inglés como el HSP); La Asociación para la Educación Teológica Hispana (AETH); la Asociación de Ministerios Evangélicos Nacionales (AMEN); y la Hispanic Theological Initiative (HTI).

3 Para una bibliografía extensa de recursos escritos desde perspectivas hispanas, véase el libro de Paul Barton y David Maldonado, Jr. titulado Hispanic Christianity Within Mainline Protestant Traditions: A Bibliography (Decatur, GA: AETH Books, 1998). Además, tanto Apuntes como el Journal of Hispanic/Latino Theology publican reseñas de libros y bibliografías.

4 Véase, a manera de ejemplo, el libro editado por Justo L. González, ¡Alabadle! Hispanic Christian Worship (Nashville: Abingdon Press, 1996).

5 Pablo A. Jiménez, Principios de predicación (Nashville: Abingdon Press, 2003).

Primera parte

En torno al púlpito

2

Esbozo histórico de la homilética hispana

Pablo A. Jiménez

Para comprender el desarrollo de la teoría homilética hispana, es necesario comprender el desarrollo histórico del púlpito latinoamericano. También es necesario investigar cómo esta teoría ha sido interpretada y quién la ha interpretado. Sólo así podremos comprender cómo la teoría homilética ha sido entendida, modificada y transformada por los eruditos hispanoamericanos.

Esta breve reseña histórica se divide en tres partes. La primera describe los primeros manuales de homilética protestantes traducidos al español. La segunda comenta los libros más influyentes escritos por personas latinoamericanas. La tercera parte explora cómo los predicadores hispanos contemporáneos han reinterpretado la teoría homilética heredada a la luz de la subcultura latina.

Antes de continuar, debo aclarar dos aspectos de mis comentarios. Primero, en esta reseña histórica me refiero primordialmente a los manuales de homilética que se han distribuido ampliamente en el mundo de habla hispana. Esto excluye otros materiales homiléticos importantes, tales como publicaciones regionales, colecciones de sermones y artículos publicados en revistas teológicas y religiosas. Segundo, como toda división histórica, esta reseña es selectiva y para algunas personas será hasta arbitraria. Pudiera ser modificada fácilmente y hasta pudiera ser cuestionada. Una vez más, aclaramos que nuestro propósito es comenzar la discusión, no dar la palabra definitiva sobre el tema.1

I. PRIMERA ETAPA: TRANSCULTURACIÓN

La teoría homilética protestante llegó a América Latina a comienzos del siglo XX, junto con el movimiento misionero. Hasta ese momento, el protestantismo tuvo una historia larga y tormentosa en América Latina.2 Los primeros inmigrantes protestantes llegaron a Sur América y el Caribe durante el siglo XVI, en el tiempo de la colonización española. Sin embargo, la mayor parte de estos inmigrantes fueron expulsados o exterminados por la Inquisición. Los inmigrantes europeos establecieron las primeras congregaciones protestantes a comienzos del siglo XIX. Podemos dividirlas en dos categorías.3 Las más antiguas fueron congregaciones «transplantadas» para servir casi exclusivamente a mercaderes británicos y a sus familias. Su existencia prueba la influencia enorme del comercio entre América Latina y Gran Bretaña. Estas congregaciones no podían evangelizar a los súbditos de la corona española. Los grupos étnicos invitados a inmigrar a América Latina por los nuevos gobiernos nacionales establecieron la segunda categoría de congregaciones de inmigrantes. El propósito principal de la iglesia en estas comunidades «injertadas» no era la evangelización sino ofrecer cuidado pastoral a los inmigrantes. Ambas categorías de congregaciones étnicas comparten una característica importante: ambas «importaban» sus ministros de sus países de origen. Por lo tanto, los ministros inmigrantes estudiaban teología en Europa o en los Estados Unidos.

Los primeros misioneros protestantes llegaron a América Latina en el siglo XIX. Podemos clasificar estos misioneros en tres categorías principales: los asociados con organizaciones para-eclesiásticas (como las Sociedades Bíblicas); los relacionados a denominaciones protestantes estadounidenses; y los auspiciados por «misiones de fe».

Las «misiones de fe» eran grupos misioneros independientes. Por lo regular, eran apoyados económicamente por personas laicas en Inglaterra o en los Estados Unidos, países de origen de la mayor parte de los misioneros. Estos grupos independientes surgen en respuesta a la renuencia de las denominaciones tradicionales a enviar misioneros a América Latina. A diferencia de África y de Asia, América Latina era un «continente cristiano», evangelizado por la Iglesia Católica Romana. Por esta razón, muchas organizaciones misioneras entendían que América Latina no era un campo misionero legítimo. Por ello, tanto los misioneros denominacionales como los independientes que llegaron a América Latina tendían a ser más conservadores y anticatólicos que sus contrapartes en otras partes del mundo.

Los misioneros protestantes que llegaron a América Latina veían el establecimiento de nuevas congregaciones como el componente más importante de la misión cristiana. La predicación evangelística efectiva era la clave para la implantación de nuevas congregaciones y para el crecimiento de congregaciones establecidas. Por lo tanto, los misioneros comenzaron a promover la traducción de algunos manuales de homilética al español. Necesitaban estos manuales para adiestrar nuevos predicadores laicos y nuevos candidatos al ministerio.

De todos los manuales que circularon durante este tiempo, hay cinco que merecen atención especial. Los primeros tres son traducciones del inglés al español: Discursos a mis estudiantes, por Charles H. Spurgeon; Tratado sobre la predicación, por John A. Broadus; y La preparación de sermones bíblicos, por Andrew W. Blackwood. Los últimos dos, Manual de homilética, por Samuel Vila, y El sermón eficaz, por James D. Crane, fueron escritos en español.

Discursos a mis estudiantes, por Charles H. Spurgeon:4 Spurgeon fue un predicador bautista inglés, conocido internacionalmente por sus sermones y por ser el pastor de la congregación más grande de la era victoriana. Fue un calvinista evangélico cuyas publicaciones forman la más amplia colección de escritos evangélicos en inglés.5 Aunque su manual, publicado originalmente en 1875, trata algunos aspectos importantes del diseño del sermón, la mayor parte del libro habla sobre la formación espiritual del ministro. Su libro es usado principalmente para modelar el carácter de seminaristas. Por esta razón, frecuentemente se usa en conjunto con el libro de Broadus.

Tratado sobre la predicación, por John A. Broadus:6 Este ha sido probablemente el manual de homilética más influyente en América Latina. Presenta el sermón como una pieza retórica cuyos propósitos principales son instruir y persuadir.7 Broadus presenta una metodología que presta gran atención a los detalles del diseño del sermón y un acercamiento racionalista a la predicación. Estos elementos fueron muy llamativos para aquellas personas de habla hispana que dominaban el lenguaje, probablemente porque habían gozado de buena educación. Estos predicadores encontraron en el sistema de Broadus un método que evocaba la «estilística», una disciplina que estudiaba en detalle distintas técnicas para la expresión oral y escrita. Aunque la versión de habla inglesa del libro de Broadus fue publicada originalmente en el 1870, este manual todavía se emplea ampliamente en América Latina, particularmente en institutos y colegios bíblicos.

La preparación de sermones bíblicos, por Andrew W. Blackwood:8 Lo que fue Broadus para la teoría homilética, lo fue Blackwood para la predicación expositiva. El trabajo de este ministro presbiteriano moldeó la forma en que muchos predicadores protestantes hispanoamericanos diseñaban sus sermones bíblicos. La metodología de Blackwood tiene una visión dual de la homilética.9 Por un lado, insta al estudiantado a examinar los sermones y las publicaciones de predicadores de renombre. Por otro lado, dado que también ve el sermón como una composición retórica, presta atención detallada al diseño del sermón. Al igual que Broadus, su metodología apela principalmente a personas instruidas.

Manual de homilética, por Samuel Vila:10 Samuel Vila fue el erudito protestante más destacado en España durante el siglo XX. Su contribución a la evangelización y a la educación teológica perdura a través de sus muchos escritos y de Libros CLIE, la editorial que fundó. El Manual de homilética ha sido una de las obras más vendidas de Vila. El mismo presenta un acercamiento detallado pero accesible al arte cristiano de la predicación. Obviando temas como la teología y la historia de la predicación, el manual explica cómo se diseña, se prepara y se presenta un sermón. El libro incluye hasta dibujos que ejemplifican los gestos y las actitudes incorrectas en el púlpito. En términos teóricos, el modelo de Vila se asemeja a los modelos presentados en los libros comentados anteriormente. Lo que distingue este manual de los demás es la manera como Vila pudo explicar conceptos profundos con gran claridad. Con razón este ha sido uno de los libros de texto más usado en los institutos, colegios bíblicos y seminarios de habla hispana.

El sermón eficaz, por James D. Crane:11 Crane fue un misionero bautista que tuvo una larga carrera como educador teológico en América Latina, principalmente en México. Aunque su libro fue escrito originalmente en español, es una complicada reinterpretación del sistema de Broadus. Por esta razón, en América Latina los manuales de Crane y de Broadus han sido tratados como libros de texto intercambiables. Crane también publicó una versión simplificada de su sistema homilético titulada Manual para predicadores laicos.12

Aunque durante este tiempo circularon traducciones de otros libros, tales como El romance de la predicación, escrito por Horne, los mencionados anteriormente han sido los más influyentes. Los cinco presentan un acercamiento homilético similar que comparte las siguientes características: un acercamiento deductivo, neoclásico y racionalista del diseño sermonario y una perspectiva que refleja los valores de las iglesias libres, que rara vez usan leccionarios y donde el tema del sermón no guarda mucha relación con las temporadas del calendario litúrgico. Quizás esto explica por qué cuatro de los cinco libros mencionados anteriormente han sido publicados por la Casa Bautista de Publicaciones. El hecho de que los cinco todavía se usan ampliamente es un testimonio de la importancia de estos manuales.

II. SEGUNDA ETAPA: ENCULTURACIÓN

La teoría homilética descrita en el párrafo anterior encontró terreno fértil en América Latina. Como ya hemos mencionado, apelaba principalmente a aquellos candidatos al ministerio que habían gozado de una buena educación secular. Estos predicadores desarrollaron estilos que combinaban la teoría homilética deductiva ejemplificada por Broadus con la oratoria española. Los mejores mostraban un alto nivel de erudición que les permitía citar tanto la mejor literatura española como anécdotas tomadas de obras clásicas. En resumen, estos predicadores «eruditos» eran poetas del púlpito hispano.

Sin embargo, no todos los candidatos al ministerio tenían acceso a la mejor educación secular. Por el contrario, la mayor parte de los predicadores protestantes hispanoamericanos apenas alcanzaban a terminar la escuela preparatoria. Por lo tanto, estos predicadores «populares», muchos de los cuales tenían poco o ningún acceso a programas de educación teológica, desarrollaban sus propios estilos de predicación. Aunque no hay investigaciones publicadas sobre el tema, en otros escritos he descrito el estilo popular de predicación como la exposición extemporánea de un pasaje bíblico.13 Entre las formas de sermón que emplea, privilegia el sermón narrativo, el sermón de referencia textual (donde el predicador cita una cadena de textos bíblicos par probar la veracidad de su enseñanza), y el sermón donde el predicador narra su «testimonio», haciendo una interpretación teológica de su algunos episodios de su vida.

El contraste entre la predicación erudita y la popular en América Latina ha sido claro y su relación ha sido difícil. Por un lado, algunos predicadores populares rechazaban el estilo erudito, describiéndolo como un discurso rebuscado que carecía del poder del Espíritu Santo. Por otro lado, los predicadores eruditos sirvieron como modelos que la mayor parte de la feligresía deseaba escuchar y que la mayor parte de los predicadores deseaba emular. Con toda justicia, debemos reconocer que los sermones de los mejores predicadores eruditos hispanoamericanos eran verdaderas joyas de la literatura religiosa.

No debe sorprendernos, pues, que algunos de estos predicadores eruditos se convirtieran en los primeros expertos en homilética en América Latina. Publicaban sus sermones en revistas teológicas tales como Revista de Homilética, El Predicador Evangélico, La Nueva Democracia y Puerto Rico Evangélico, entre otras. Con el tiempo, también publicaron libros donde compilaron ilustraciones, bosquejos y manuscritos de sermones. Como era de esperar, algunos de estos predicadores eruditos ofrecieron cursos de predicación en seminarios latinoamericanos. Algunos, como Alberto Rembao,14 adiestraron a centenares de predicadores en diversos países, formando «escuelas» informales. Otros, como Ángel Archilla Cabrera15 y Juan Crisóstomo Varetto,16 viajaron por toda América Latina predicando campañas que seguían el modelo del avivamiento estadounidense y sosteniendo interesantes debates con sacerdotes católicos. Estos evangelistas se convirtieron en modelos vivientes para el púlpito protestante hispanoamericano.

En esta sección sólo he de considerar cuatro manuales de homilética publicados durante este período: El arte cristiano de la predicación, de Ángel Mergal; Comunicación por medio de la predicación, de Orlando E. Costas; Predicación y misión: Una perspectiva pastoral, de Osvaldo Mottesi; y Teoría y práctica de la predicación, de Cecilio Arrastía.

El arte cristiano de la predicación, de Ángel Mergal:17 Por muchos años, Mergal fue profesor en el Seminario Evangélico de Puerto Rico (SEPR). Era un hombre genial, ya que enseñaba lenguajes bíblicos, alemán, homilética y consejo pastoral, entre otros cursos. Su manual se divide en dos partes. La primera parte afirma que el sermón es una obra de arte y describe el carácter estético de la predicación. Esta sección emplea ideas tomadas de Susanne K. Langer, una filósofa estadounidense.18 La segunda parte, que es mucho más corta, describe cómo se diseña un sermón. Aunque la segunda parte palidece ante la primera, este hermoso libro es quizás el mejor manual de predicación jamás escrito en la América de habla hispana.

Comunicación por medio de la predicación, de Orlando E. Costas:19 El renombrado misiólogo puertorriqueño también era un estudioso y maestro de la homilética. Costas escribió este manual de predicación mientras enseñaba en el antiguo Seminario Bíblico Latinoamericano (hoy conocido como la Universidad Bíblica Latinoamericana) en San José de Costa Rica. Aunque en muchos aspectos sigue el modelo de Broadus, Costas hace dos contribuciones importantes a la homilética hispanoamericana. Primero, trae una clara perspectiva teológica a la disciplina. Aunque Costas se definía a sí mismo como un creyente de corte evangélico, era un teólogo progresista que ya en esta temprana etapa de su carrera estaba en diálogo con teologías neoortodoxas y hasta con algunas perspectivas católicas. Segundo, Costas presenta la predicación como un proceso comunicativo. Por esta razón, informa sus ideas con perspectivas tomadas de disciplinas tales como la oratoria y la comunicación de masas.20 Una nota de interés es que sus trabajos muestran la influencia de los escritos de Lloyd M. Perry en su metodología.21

Predicación y misión: Una perspectiva pastoral, by Osvaldo Mottesi:22 Este excelente predicador y maestro argentino estudió con James D. Crane en el Instituto Bautista de Buenos Aires. Graduado de la Universidad de Emory en Atlanta, enseñó homilética en el Seminario Bíblico Latinoamericano en Costa Rica antes de comenzar un largo ministerio educativo en Northern Baptist Theological Seminary, a las afueras de Chicago. Como es de esperar, su manual sigue las convenciones retóricas aprendidas de Crane. No obstante, este libro hace una clara contribución al campo de la predicación hispanoamericana. La base del sistema homilético de Mottesi es la misiología, es decir la teología sobre la misión, desarrollada en América Latina a partir de la década de los 1970s. Esta es una teología profundamente evangélica pero también radical en su crítica social y teológica. Por esta razón, la perspectiva de Mottesi es contextual a la vez que pastoral. Su libro tiene, pues, un claro sabor latinoamericano.

Teoría y práctica de la predicación, de Cecilio Arrastía:23 Por décadas, Cecilio Arrastía fue considerado el mejor predicador hispanoamericano y como el más grande experto hispano en homilética.24 Este ministro cubano se hizo famoso por su poderoso estilo de predicación erudita. Arrastía fue un hombre polifacético: predicó campañas de evangelización en distintos países, publicó colecciones de sermones, escribió sobre teoría homilética, enseñó cursos de predicación en varios seminarios, incluyendo el SEPR y McCormick Theological Seminary, y ofreció incontables talleres de predicación para ministros y líderes laicos. Aunque publicó varios artículos técnicos sobre homilética en distintas revistas teológicas,25 sus primeros libros fueron colecciones de sermones.26 Desde la década del 1970 sus estudiantes pedían a gritos un libro de texto escrito por este maestro de maestros. Sin embargo, Arrastía no publicó este manual hasta después de su jubilación. Es una paradoja el que Arrastía, quien fue colega de Mergal en el SEPR y mentor de Costas y Mottesi,27 fuera el último en publicar un libro introductorio al arte cristiano de la predicación.

El manual de Arrastía no sigue el bosquejo tradicional de este tipo de libros. Aunque Arrastía también veía el sermón como una composición retórica, su libro presenta una metodología ecléctica. Hace cuatro contribuciones importantes a la homilética hispanoamericana. Primero, explica la minuciosa metodología del propio Arrastía. Segundo, ofrece una explicación detallada del calendario eclesiástico (conocido también como el año cristiano) y de cómo usar el leccionario. En este punto, Arrastía se aparta de los demás libros de homilética publicados en América Latina, la mayor parte de los cuales presentan la perspectiva de iglesias libres que no usan leccionarios para confeccionar sus sermones. Tercero, el libro incluye un largo capítulo sobre cómo usar la literatura en la predicación, razón por la cual cita cientos de obras clásicas, españolas y latinoamericanas en su bibliografía. Cuarto y último, el autor afirma que la congregación es una «comunidad hermenéutica». Esto le lleva a sugerir distintas maneras de incluir la voz de la congregación en la preparación, en la evaluación y hasta en la presentación del sermón.28