Portada

Contenido

  1. Sinopsis
  2. Dedicatoria
  3. Citas
  4. Apresamiento de un prócer y descubrimiento de un manuscrito
  5. Mi linaje
  6. En la escuela de Ruy
  7. Entre la Reina Isabel y el Príncipe Carlos
  8. Retiro en Pastrana
  9. Con Antonio Pérez
  10. Postdata
  11. Apéndice I
    1. Cuadros genealógicos de la familia Mendoza
  12. Apéndice II
    1. Cronología
  13. Apéndice III
    1. Lista de personajes
  14. Agradecimientos:
  15. Legal
  16. Autor

Sinopsis

De la Princesa de Éboli la imaginación popular afirma que fue amante de Felipe II y de su secretario Antonio Pérez, y que por celos el rey la mandó encarcelar.

Pero la Princesa de Éboli fue más, mucho más de lo que la leyenda popular se imagina. Estas Memorias nos lo dicen. No hubo personaje de la Corte de Felipe II más implicado en los acontecimientos y que haya tenido un trato más íntimo con las figuras más relevantes de su tiempo. Descubrimos la talla política de su marido, Ruy Gómez de Silva, cerebro gris de la primera época, la más brillante, de Felipe II. Trató íntimamente a la reina Isabel de Valois, a Don Juan de Austria y a Alejandro Farnesio. Toda su política y la de su marido fueron frontalmente contrarias a las del duque de Alba, a quien odiaba visceralmente, odio correspondido con creces. Conoció de primera mano los turbios procesos del rey que llevaron a la muerte de su hijo, el príncipe Carlos, y provocaron la huida de Antonio Pérez. Su temperamento dominante levantaba polémicas y le jugó malas pasadas.

Felipe II se entera de que su antigua aliada y actual enemiga está redactando sus Memorias, se hace con ellas y, como era costumbre en él, las va comentando.

De Doña Ana de Mendoza no sabemos si admiramos más su ambición de gobernar en un mundo exclusivo de varones y su política certera para los Países Bajos o si lamentar la tragedia de una mujer desoída pese a sus aciertos y que cae desde la gloria al infierno de la persecución sin causa.



José Ramón Arana





ÉBOLI 
LA PRINCESA

No creas nada de lo que digan sobre mí


logo_pagina_web_grises.jpg

Dedicatoria


A Petri, que me lo sugirió,
me incitó y me escuchó